domingo, 3 de mayo de 2020

Sugerencias pedagógicas en Lenguaje

Sugerencias pedagógicas en Lenguaje


Un estudiante de 5.º debe estar ya en capacidad de reconocer y usar las reglas semánticas, sintácticas y pragmáticas para organizar sus ideas en estructuras globales coherentes y cohesivas. 
Avance que marca el dominio del lenguaje escrito. 
El estudiante pasa del momento de aprender a leer al momento en que se aprende leyendo. Para reforzar este tránsito es importante propiciar:
  • Situaciones de escritura en las que los estudiantes identifiquen y seleccionen las ideas, su organización y los conectores pertinentes para expresar lo que se desea. Esto apoya la explicación de cómo las reglas gramaticales y de construcción oracional dependen de los propósitos de la comunicación y de la intención de los hablantes.
  • Situaciones de comunicación que permitan reflexionar y evaluar el significado de las palabras y los enunciados con relación a los hablantes o participantes en la situación de comunicación. Este tipo de espacios permiten elaborar la explicación pragmática que subyace a la clasificación, por ejemplo, de los tipos de oraciones según su función y su estructura. Se debe procurar que los estudiantes reflexionen sobre los enunciados y los efectos que se buscan con ellos.

Es importante enfrentar a los estudiantes a situaciones de comunicación oral y escrita en las que se vean en la necesidad de reflexionar y resolver:
  •  Dada una situación de comunicación particular, indique o señale qué le hace falta a un enunciado para tener sentido o qué se le debe añadir para que cambie de sentido.
  •  Dada una situación de comunicación particular, complete un enunciado eligiendo la palabra adecuada para el caso.
  • Dada una situación de comunicación particular, asocie las palabras de manera que describa lo que ocurre en un evento.
  • Dada una situación de comunicación, impulse al estudiante a reconocer cómo la entonación y el acento modifican el sentido de lo que se expresa.

También es crucial enfrentar al estudiante a situaciones de lectura y escritura en las que se perciban usos inadecuados en relación al sistema y las reglas de la lengua, pero adecuados por determinación de la situación de comunicación. Para esto, pueden plantearse casos que presenten elementos como los siguiente:

Ambigüedad sintáctica y semántica
Ambigüedad contextual
Sonidos de los dialectos regionales
Registros

De manera sintética, vale la pena plantear en estas actividades dos asuntos: la identificación del propósito comunicativo de un acto de habla atendiendo al contexto, la reflexión sobre la situación de comunicación y la evaluación de la pertinencia de los actos de habla. Se trata de que el estudiante entre en contacto con situaciones que le permitan comprender aquellos rasgos lingüísticos que reflejan matices en el uso de acuerdo a la situación y que aprenda a activarlos en el momento adecuado.

Un ejemplo de estos casos es el enunciado:
¿Me puedes abrir la ventana?

No se trata de la pregunta como tal, sino de una forma cortés de pedir a alguien que nos haga un favor.
La pragmática influye, sin duda, en la forma de construir oraciones, por lo que los elementos extralingüísticos desempeñan un papel importante respecto de lo lingüístico. Otro caso, por ejemplo, es el de la ironía. ¿Podemos acaso dar forma gramatical a la ironía? ¿Cómo reconocemos una oración irónica frente a otra que no lo es? 
La respuesta está en el contexto, pero nuevamente tenemos como referente un elemento extralingüístico. Se deben trabajar todos estos aspectos en el aula para que el estudiante le encuentre sentido a las reglas del sistema, a la riqueza que adquiere el analizarlas ya no en la quietud de la regla cumplida, sino en la riqueza de uso según los contextos y situaciones de comunicación.

Otro ejercicio relacionado con la ironía es el sarcasmo, este puede entenderse como la manifestación de una burla por medio de la ironía. Por ejemplo, en una situación de comunicación dada, alguien en vez de calificar negativamente a otro, lo califica positivamente para resaltar lo negativo mediante una crítica encubierta.

En cuanto a la composición de las unidades, no es lo mismo que el niño conozca el alfabeto, a que lo reconozca en su funcionamiento. Se trata de que el estudiante identifique cómo varía el sonido de cada letra de acuerdo a las vocales o las consonantes que las acompañan; y cómo esas letras, que en un principio no tienen sentido, se van relacionando y componiendo en palabras, oraciones y párrafos para estructurar sentidos. Del mismo modo, debe reconocer la función que cumplen las palabras en la composición de las oraciones para expresar ideas; y cómo las oraciones también cumplen funciones y adquieren rasgos que permiten clasificarlas de acuerdo a la intención del hablante.

•  En otro nivel, es sustancial que los estudiantes perciban y experimenten que las palabras adquieren ciertos rasgos de sonoridad debido a ciertos marcadores textuales que se les añaden para indicar y producir sentido. Por ejemplo, en el caso de las palabras envió y envío, la tilde marca una diferencia de sentido, algo semejante ocurre con los signos de puntuación, los signos de exclamación y las comillas. Hay otros marcadores que hacen parte de la gramática de la publicidad, estos tienen que ver con la significación gráfica o de imprenta (tamaño de fuente, combinación de palabras con diferentes disposiciones en el texto, el cambio de sentido de palabras para lograr un efecto en el lector, etc.). Todo ello conforma gramáticas que surgen de la necesidad de comunicar algo en un contexto particular.

•  Resulta fundamental llamar la atención de los estudiantes sobre cómo el significado que podemos percibir en las oraciones que componen el párrafo de un texto pueden interpretarse en dos niveles. El primero corresponde al significado convencional, el cual es literal; mientras que el segundo se refiere al significado del hablante, el cual tiene que ver con la intención y suele dar una información más amplia y, en algunos casos, distinta de la que se percibe superficialmente.
Otro rasgo importante es la ortografía en su condición real.

La ortografía en nuestra lengua no es fonética, en su mayoría obedece a rasgos fonológicos. Un ejemplo de esto es que el niño encuentra palabras que se pronuncian igual, pero que se escriben distinto y significan cosas diferentes. Por ejemplo: arrollo y arroyo, caza y casa, votar y botar, ahí y hay, abría y habría, etc. La significación de estas palabras y su escritura ortográfica dependen de cómo se usen. 


Referencias
Adam, J. M. (1992). Les textes: Types et prototypes: narration, argumentation, description, conversation, explication, dialogue. París, Francia: Nathan. 
Ignorini, Angela; de Manrique, Ana María Borzone. (2003) Interdisciplinaria Revista de Psicología y Ciencias Afines, Vol 20(1), 5-30. 
Anderson, S. R. (1985). Phonology in the twentieth century. Chicago, Estados Unidos: University of Chicago Press. 
Atorresi, A. et al. (2010). Escritura: un estudio de las habilidades de los estudiantes de América Latina y el Caribe. Santiago de Chile, Chile: UNESCO. 
Atorresi, A. et al. (2005). Manual para la codificación de ítems de escritura. Documentos LLECE.
 Barton, D. y Hamilton, M. (2009). Literacy practices. En Barton, D., Hamilton, M. y Ivanic, 
R. (eds), Situated literacies: Reading and writing in context. Londres, Inglaterra: Routledge. Blanche-Benveniste, C. (1998). Estudios lingüísticos sobre la relación escritura y oralidad. Barcelona, España: Gedisa

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Doctorado. Recursos lexicales parentales y medíaticos

 Curriculo. Grado undécimo. Bachillerato Humanidades. Por John Jairo Botero González.