Lenguaje y visiones lingüisticas
El lenguaje es la capacidad que tiene toda persona de comunicarse con los demás mediante signos orales o escritos. Es un sistema de comunicación que comprende la forma (fonología, reglas del habla; morfología, que estudia cómo se forma una palabra y la sintaxis, que es la parte de la lengua que estudia de qué forma se relacionan las palabras que aparecen en una misma frase o párrafo), contenido (semántica, relativo al significado de las palabras) y uso (pragmática, que es el modo en que la situación influye en la interpretación del significado). Se compone de la lengua (idioma) y el habla (uso individual que hace cada hablante de la lengua). Se concreta a través de la escritura y la fonación.
El signo lingüístico
Es el elemento mínimo constitutivo de la comunicación humana. Es la
combinación del significado (concepto o idea abstracta que el hablante extrae
de la realidad) y significante (nombre de las cosas, imagen acústica que va
unida al concepto de cada cosa), que componen en conjunto una entidad
lingüística de dos caras interdependientes.
Características del signo lingüístico
Carácter lineal
Los elementos de cada signo, al igual que cada signo
respecto al otro, se presentan uno tras otro, en la línea del tiempo (cadena
hablada) y en la del espacio (escritura).
Carácter arbitrario
La relación entre significado y significante no
responde a ningún motivo; se establece de modo convencional. Cada lengua usa
para un mismo significado un significante distinto.
Carácter mutable e inmutable
Por ser arbitrario, el signo no depende de ningún
hablante en particular. Es inmutable, permanente, ningún individuo lo puede
cambiar. Por otra parte es evidente que las lenguas cambian porque van
cambiando os signos; es decir, son mutables a largo plazo.
Carácter articulado
Las unidades lingüísticas mayores son divisibles en
partes más pequeñas, reconocibles e intercambiables.
Es una unidad capaz de trasmitir contenidos representativos, es decir, es un objeto material, llamado significante, que se percibe gracias a los sentidos y que en el proceso comunicativo es portador de una información llamada significado.
Según el semiólogo Ferndinand de Seassure, el signo lingüístico no vincula
un nombre con una cosa, sino que un concepto con una imagen acústica.
Todas las palabras tienen un componente material (una imagen acústica) al que
llama significante y un componente mental referida a la idea o
concepto representada por el significante, al que llama significado.
Significante y significado conforman un signo
Chomsky.
Al centrarse en los procesos mentales del leguaje, Chomsky puso en primer plano la mente humana como objeto de investigación y, a la vez, encaminó la investigación lingüística dentro del modelo ciencia actualmente vigente en las ciencias naturales.
Competencia lingüística.
(Conocimiento que el hablante-oyente tiene sobre su lengua). Diferente al estructuralismo saussuriano ya que estaba profundamente influenciado por el conductismo. De acuerdo a los principios del conductismo, toda conducta puede ser explicada mediante mecanismos de estímulo y respuesta y el lenguaje no escapa a este principio. Chomsky por un lado va a cuestionar la visión conductista del hombre y por otro lado va a criticar el carácter puramente descriptivo de los estudios estructuralistas sobre la lengua.
El uso normal del lenguaje implica la novedad y el no hábito, de hecho, la producción lingüística no está determinada por estímulos externos, ante cualquier situación el sujeto hablante puede generar una respuesta verbal novedosa. Chomsky denomina esta característica del lenguaje humano el uso creativo del lenguaje.
Lo que Chomsky trata de investigar es una capacidad de la mente humana, su capacidad para entender y producir oraciones. El objeto de estudio de la lingüística, por lo tanto, ya no se define como un objeto externo al individuo (por ejemplo, como define Saussure la lengua), sino como la capacidad potencial que tiene todo sujeto hablante de una lengua de interpretar y producir el conjunto potencialmente infinito de oraciones pertinentes a esa lengua.
Lengua interna: capacidad de la mente de producir oraciones; lengua externa: las manifestaciones concretas de esa capacidad. A la capacidad de producir y entender oraciones de una lengua, Chomsky la denomina competencia lingüística y a la puesta en acción de esa capacidad potencial, al desempeño lingüístico efectivo, actuación.
La competencia se define en términos de las capacidades de un hablante-oyente ideal en una comunidad lingüística homogénea, es decir, una comunidad de sujetos que hablan y saben exactamente lo mismo. Define la lengua como el conjunto potencialmente infinito de oraciones que un hablante-oyente ideal estaría en condiciones de producir o de interpretar. Las oraciones producidas efectivamente deben cumplir con ciertos requisitos gramaticales, semánticos y fonéticos, la violación de alguno o algunos de estos requisitos determinan su grado de aceptabilidad.
Competencia gramatical.
Se trata de una lingüística donde la noción de signo no se plantea, de hecho el signo saussuriano aparece distribuido en componentes distintos de la competencia lingüística: por un lado, una competencia fonética que establece las formas de combinación de los sonidos; por el otro, un componente semántico que da cuenta del sentido; y, por otro lado, la competencia gramatical que estructura oraciones.
Gramática generativa.
Chomsky asegura que si los sujetos pueden generar infinitas oraciones nuevas es porque en sus mentes hay un sistema capaz de generar todos los miembros de ese conjunto, y no porque tengan acumulados, registrados uno por uno, todos los miembros del conjunto. De allí el nombre que recibió esta corriente teórica: la gramática generativa. La gramática puede ser entendida entonces como un sistema de principios que genera el conjunto de las oraciones de la lengua y que está en la mente de los sujetos hablantes. La tarea de la lingüística es, entonces, la de determinar esos principios y explicar las habilidades lingüísticas de los hablantes.
Adquisición del lenguaje.
La facultad del lenguaje es una propiedad de la especie humana, todos los seres humanos nacen con la capacidad potencial de adquirir una lengua. El proceso de adquisición de la lengua además se produce en condiciones realmente sorprendentes, por un lado no hay una enseñanza metódica sobre la lengua, no se le dice al niño las oraciones se construyen así o asá, esta palabra es un sustantivo, aquella otra un verbo, el niño adquiere la lengua sin un adiestramiento específico; por otro lado, los estímulos a partir de los cuales los niños adquieren la lengua son pobres y confusos: fragmentos de conversaciones cotidianas donde se entremezclan frases inconclusas, errores gramaticales, diversidad de formas de hablar, y sin embargo la adquisición es relativamente uniforme para todos los niños; a todo esto debe sumarse el hecho de que la gramática de una lengua es sumamente complicada y que la adquisición de esa gramática se produce sin explicaciones al respecto.
La explicación más razonable sobre cómo un niño de tres años logra comprender y producir oraciones de su lengua materna con gran fluidez y precisión, es suponer que la adquisición del lenguaje forma parte de su desarrollo biológico, es decir que así como su cuerpo desarrolla los dientes, su cerebro internaliza la lengua que se hable en su entorno, es decir, desarrolla su competencia lingüística.
Chomsky postula así su hipótesis de la gramática universal (GU). La GU son los principios gramaticales universales a los que toda lengua humana se ajusta, y forma parte del bagaje biológico humano. Cuando Chomsky postula el carácter innato de la facultad del lenguaje no está postulando que los niños nacen hablando o con la gramática de alguna lengua particular ya instalada en sus mentes; sino que vienen ya diseñados genéticamente para adquirir cualquier lengua particular y que ese diseño genético debe contener unos principios universales sobre las lenguas humanas: la GU. La GU de la mente-cerebro del niño procesa los datos que le llegan del exterior y produce como resultado la gramática interna del niño de esa lengua particular, o sea, su competencia lingüística.
Teun A. Van Dijk y el discurso
La mayoría de los estudios
literarios modernos o su mayoría centran su atención en el análisis del texto
literario y no en los procesos de la comunicación literaria
La producción (y la
interpretación) de dicho texto son acciones sociales.
¿Que son los actos de habla?
Es el acto llevado a cabo cuando
un hablante produce un enunciado en una lengua natural en un tipo especifico de
situación comunicativa.
(La situación recibe el nombre de
contexto), no es simplemente el acto de hablar o de querer decir algo sino
además, y de manera decidida un acto social.
¿Que es el discurso?
Se interpreta como un evento
comunicativo completo en una situación social.
Se entiende como una forma
especifica del uso del lenguaje y como
una forma especifica de interacción social.
¿Porque este se relaciona con el discurso?
Porque el discurso es un estudio
empírico de los actos de habla.
Tipos de formas en las que se puede
estudiar el discurso:
Para Teun A. Van Dijk, la
comprensión de un texto se fundamenta en la unidad que éste presente. Dicha unidad es de base semántica
y pragmática.
Pragmática
El discurso también posee una estructura global a nivel pragmático. La
macroestructura en este nivel se denomina macroacto de habla .
El macroacto de habla expresa lo
que habitualmente se llama el propósito global del discurso. Se trata de la
intencionalidad que persigue el discurso como un todo.
Por lo general, tampoco el
propósito global del discurso se expresa en actos de habla individuales, sino
en secuencias completas. Por esta razón, el macroacto de habla también es una
reconstrucción teórica.
Al igual que en la dimensión
semántica, puede reconstruirse, un macroacto de habla de un discurso completo, o
bien, tan sólo de una parte; en otras palabras, también este concepto es
relativo: todo dependerá del nivel de análisis que se adopte.
La teoría de los actos de habla
fue enunciada por John Austin y, más tarde, fue desarrollada por John Searle .
La teoría señala que cuando un hablante emite una oración está realizando tres
géneros distintos de actos:
• Emitir palabras (morfemas,
oraciones) = realizar actos de emisión .
• Referir y predicar = realizar
actos proposicionales .
• Enunciar, preguntar, mandar,
prometer, etc. = realizar actos ilocucionarios .
Se trata, por lo tanto, de tres
actos de diferente naturaleza, a pesar de que su realización sea simultánea.
De todas maneras resulta
importante destacar, siguiendo a Searle, que un hablante puede realizar un acto
de emisión sin realizar en absoluto un acto proposicional o un acto
ilocucionario. (Se pueden emitir palabras sin decir nada.) Sin embargo, lo
normal es que en cualquier emisión es posible reconocer los tres actos. En todo
caso, Searle destaca la necesidad de abstraer cada uno de estos actos en la
medida en que los criterios de identidad son diferentes en cada caso. En
efecto, este autor señala que:
• Al realizar actos de emisión
diferentes, un hablante puede realizar los mismos actos proposicionales e
ilocucionarios.
Por ejemplo, un hablante podría decir: “Todavía no ha llegado
Pedro”, y ante el silencio de los demás interlocutores que no reaccionan como
él esperaba, podría agregar: “Alguien podría llamar al hijo de Juan”. Aquí, es
evidente que hay dos actos de emisiones diferentes, pero en ambos casos la
referencia es la misma (considerando que Pedro es el hijo de Juan) y también el
acto elocucionario.
En el primer caso, es indirecto (acto de habla indirecto):
“Todavía no ha llegado Pedro”, dice el emisor con la intencionalidad de que
alguien vaya a buscarlo; pero como nadie reacciona según lo esperado, el
hablante manifiesta entonces directamente su intención: “Alguien podría llamar
al hijo de Juan” (acto de habla directo).
• Tampoco es necesario que la
realización del mismo acto de emisión por parte de dos hablantes diferentes, o
por el mismo hablante en ocasiones diferentes, sea una realización de los
mismos actos proposicionales e ilocucionarios.
La razón que hay detrás de esto
es clara: los actos de emisión consisten simplemente en emitir secuencias de
palabras. Los actos ilocucionarios y proposicionales consisten
característicamente en emitir palabras en ciertos contextos, bajo ciertas
condiciones y con ciertas intenciones .
Un ejemplo más o menos conocido es el
siguiente: alguien emite la oración “Hace frío” con la intención (acto
ilocucionario 1) simple de constatar un hecho; en otro contexto, sin embargo,
un individuo emite la misma oración, pero esta vez con un propósito diferente
(acto ilocucionario 2): el de que su interlocutor cierre la ventana que está
abierta; por último, en otro contexto, una mujer emite la misma oración frente a
su pareja con la finalidad (acto ilocucionario 3) de que ésta reaccione y por
fin la abrace.
Existe todavía un cuarto acto
denominado perlocucionario , que corresponde a las consecuencias o efectos que
los actos ilocucionarios tienen sobre las acciones, pensamientos o creencias,
etc., de los oyentes. Searle señala:
Por ejemplo, mediante una
argumentación yo puedo persuadir o convencer a alguien, al aconsejarle puedo
asustarle o alarmarle, al hacer una petición puedo lograr que él haga algo, al
informarle puedo convencerle (instruirle, elevarle – espiritualmente -,
inspirarle, lograr que se dé cuenta).
Es importante destacar que es
posible identificar los actos ilocucionarios (que expresan la intencionalidad
comunicativa de los hablantes) mediante marcadores lingüísticos. Searle se
refiere a esta posibilidad, señalando que se pueden distinguir: ...dos
elementos (no necesariamente separados) en la estructura sintáctica de la
oración, que podríamos denominar el indicador proposicional y el indicador de
la fuerza ilocucionaria. El indicador de fuerza ilocucionaria muestra cómo ha
de tomarse la proposición o, dicho de otra manera, qué fuerza ilocucionaria ha
de tener la emisión; esto es, qué acto ilocucionario está realizando el
hablante al emitir la oración.
En castellano, los dispositivos
indicadores de fuerza ilocucionaria incluyen al menos: el orden de las
palabras, el énfasis, la curva de entonación, la puntuación, el modo del verbo
y los denominados verbos realizativos.
Puedo indicar el género de acto
ilocucionario que estoy realizando, haciendo que la oración vaya precedida por
“Pido disculpas”, “Aconsejo”, “Enuncio”, etcétera. A menudo, en las situaciones
de habla efectivas, el contexto clarificará cuál es la fuerza ilocucionaria de
la emisión, sin que resulte necesario apelar al indicador explícito de fuerza
ilocucionaria apropiado.
De las palabras de Searle se
desprende una vez más la importancia de los contextos en donde se realiza el
intercambio verbal, pues la fuerza ilocucionaria de una emisión puede no
manifestarse en la estructura de superficie.
Ahora bien, así como el concepto
de mundo posible resulta clave para conocer la coherencia semántica entre las
proposiciones de un discurso, Van Dijk introduce dentro del estudio de la
dimensión pragmática del discurso el concepto de contexto pragmático . Por
contexto pragmático Van Dijk entiende un conjunto de datos a base del cual se
puede determinar si los actos de habla son o no adecuados . La coherencia a
nivel pragmático se entiende, entonces, como la adecuación de los actos de
habla al contexto pragmático correspondiente.
Por último, es importante
destacar que, para Van Dijk, existen condiciones cognitivas y sociales. Las
primeras son de carácter convencional y especifican la adecuación del acto con
respecto al conocimiento , las creencias (suposiciones), los deseos y las
evaluaciones de los hablantes. Las condiciones sociales, por su parte, señalan
que, para determinados actos de habla, el hablante debe tener una posición
social que le permita realizar dicho acto. Por ejemplo, para dar una orden, que
debe existir una relación de jerarquía entre los hablantes. Más aún, Van Dijk
destaca que algunos actos de habla requieren condiciones institucionales, pues
es evidente, por ejemplo, que sólo los jueces pueden llevar a cabo los actos de
habla de perdonar y condenar , y sólo los policías pueden arrestar a la gente.
Semántica
• Coherencia lineal y global
Para comprender más profundamente
este modelo, a continuación explicaremos cómo se establece la coherencia lineal
y global de un discurso, de qué manera los discursos se relacionan
específicamente con los actos de habla y, finalmente, las etapas o fases que
comprende el procesamiento del discurso por parte del lector/oyente.
La coherencia lineal y las
microestructuras
Para Van Dijk, la coherencia
lineal se instaura a partir de las relaciones semánticas entre oraciones
individuales. La oración (concepto sintáctico) expresa una proposición (dentro
de una semántica intensional) que denota un hecho (dentro de una semántica
extensional).
El criterio básico de coherencia lineal es referencial: las
proposiciones están relacionadas si los hechos denotados por ellas están
relacionados. Como su criterio semántico es de base lógica, Van Dijk establece
una clasificación de hechos condicionalmente relacionados y hechos no
condicionalmente relacionados.
Van Dijk destaca la necesidad de especificar las
condiciones generales para estos vínculos. Según el autor, existen condiciones
de hechos posibles, probables y necesarias, así como consecuencias posibles,
probables o necesarias de hechos condicionantes.
Sin embargo, se trata de un
tema difícil. En algunos casos, la relación resulta clara, como en el siguiente
ejemplo:
• Hubo tempestad. Los caminos
están cubiertos de hojas y ramas.
En este ejemplo, el primer hecho
(un evento) aparece como la causa del segundo. Pero, como señala el mismo Van
Dijk, hay relaciones más débiles, como la que se presenta en este otro ejemplo:
• Me acosté y me caí dormido.
En este ejemplo, el hecho
denotado por la segunda oración no aparece como consecuencia necesaria, sino
tan sólo posible o probable.
En estos dos ejemplos se trata de
relaciones condicionales. Pero Van Dijk hace notar que existen textos que denotan
hechos no condicionalmente relacionados como, por ejemplo, en el siguiente
caso:
• Nosotros fuimos al zoológico y
ellos fueron a la playa.
Las relaciones entre los hechos denotados por las
oraciones del ejemplo (3) muestran ser de un tipo diferente. Por un lado, las
circunstancias de las acciones son idénticas. Como dice Van Dijk, en los dos
casos son acciones de “salir” (“divertirse”) en una situación específica (por
ejemplo, en un día caluroso). Los agentes están relacionados de algún modo (por
lo menos, en el sentido de conocerse). Pero lo que señala la relación, según el
autor, es la existencia de una tercera proposición implícita que especifica la
condición común, como, por ejemplo: “Ayer fue un día agradable.” Este
denominador común es el que permite establecer la coherencia del texto. Lo
interesante es que esta proposición puede aparecer antes en el texto. De lo
anterior, se deriva un tema importante para la comprensión de lectura: el de
las llamadas presuposiciones , es decir, de aquellos hechos conocidos (a través
del texto o por el contexto) que una oración que denota un hecho nuevo
presupone. Van Dijk ofrece el siguiente ejemplo:
• El león que fotografié murió
hoy en el zoológico.
Según el autor, en esta oración
ha sido incrustada la oración subordinada que fotografié con el objeto de
identificar el león a partir de un hecho que el hablante supone que el oyente
ya conoce.
Por lo tanto, la coherencia
lineal de un texto dependerá de la coherencia lineal de los hechos denotados
por las proposiciones de las oraciones. Las relaciones que se descubren en este
nivel irán configurando lo que Van Dijk llama microestructuras . El criterio
referencial tiene consecuencias importantes, puesto que permite explicar la
coherencia en términos de mundo posible . Para Van Dijk , un mundo posible es
un conjunto de hechos particulares. Pero como hay diversos mundos posibles, la
coherencia se convierte en un concepto relativo:
Por lo general, si decimos de una
oración que es verdadera, con esto queremos decir que denota un hecho en
nuestro propio mundo posible. Algunas oraciones también pueden ser verdaderas
con respecto a otros mundos posibles, por ejemplo, los de nuestros sueños o de
un cuento. Asimismo, es posible especificar en qué punto o intervalo de tiempo
una oración es verdadera, haciendo así referencia a un hecho que existe en un
mundo en un momento particular; tal fragmento del mundo-tiempo se llama
frecuentemente una situación.”
Algunas de las relaciones entre
hechos dentro de un mundo posible se expresan, en la estructura de superficie,
por medio de conectivos. Por supuesto que esta situación dependerá de cada
texto en particular. Cuando la conexión semántica no aparezca expresada en la
estructura de superficie, el individuo (lector/oyente) podrá deducir tales
relaciones a partir de su conocimiento del mundo.
La coherencia global y las
macroestructuras
Ahora bien, para que un discurso
sea coherente no basta con que lo sea sólo en un nivel lineal; es preciso,
además, que lo sea en un nivel global. El reconocimiento de la coherencia
global de un discurso se fundamenta en la posibilidad de asignarle un tema o
asunto .
Según Van Dijk, es posible expresar el tema o asunto de un discurso a
través de una macroproposición que englobaría un conjunto de proposiciones.
Las
macroproposiciones expresarían una estructura semántica mayor, que el autor
llama macroestructuras , en oposición a las microestructuras identificadas en
el nivel de la coherencia lineal.
La relación entre microestructuras y
macroestructuras sería la de una proyección semántica .
A partir de esta
relación el autor señala que es necesario postular reglas para la proyección
semántica que vinculen las proposiciones de las microestructuras con las de las
macroestructuras. A tales reglas propone llamarlas Macrorreglas, porque
producen las macroestructuras.
La función de las macrorreglas es la de
transformar la información. Dicha información corresponde, en términos
generales, a reducción de información, pues reducen una secuencia de varias
proposiciones .
Macrorreglas
• Supresión: Dada una secuencia
de proposiciones, se suprimen todas las que no sean presuposiciones de las
proposiciones subsiguientes de la secuencia.
A modo de ejemplo, Van Dijk
aplica esta macrorregla al siguiente texto:
• María estaba jugando con su
nueva pelota roja en el jardín de la casa.
A pesar de que su madre le había
advertido de que tuviera cuidado, comenzó a tirar la pelota contra la pared de
la casa. De repente, la pelota pegó en una de las ventanas; el vidrio se rompió
y los pedacitos de vidrio se dispersaron por todas partes...
La aplicación de la primera
macrorregla la hace el autor sobre la primera oración. De acuerdo con esta
macrorregla, Van Dijk observa que es posible suprimir las siguientes
proposiciones: la pelota era nueva , la pelota era roja y, tal vez, (ella
jugaba) en el jardín . Todas estas informaciones no son necesarias para
interpretar lo que sigue del relato. La única proposición importante y que no
se puede suprimir (porque el resto del discurso presupone esta información) es
María estaba jugando con su pelota .
Tres observaciones importantes
hace Van Dijk a propósito de la primera macrorregla: en primer lugar, que la
supresión deja sólo las proposiciones que son textualmente pertinentes, es
decir, las que desempeñan un papel en la interpretación de otras oraciones; en
segundo lugar, que las proposiciones suprimidas denotan lo que generalmente se
llaman los detalles del cuento; en tercer lugar, que el tipo de discurso
determina la aplicación de las macrorreglas, pues lo que en un tipo de discurso
resulta ser un detalle, en otro puede ser importante.
• Generalización : Dada una
secuencia de proposiciones, se hace una proposición que contenga un concepto
derivado de los conceptos de la secuencia de proposiciones, y la proposición
así construida sustituye a la secuencia original.
A modo de ejemplo, Van Dijk
aplica esta macrorregla al siguiente texto:
• Esa tarde no hubo clase, así es
que jugaron en el jardín. Mientras María rebotaba una pelota contra una pared y
Pedro jugaba con unos muñecos en el rincón, Juanito construía torres de
arena...
La aplicación de la segunda
macrorregla la realiza Van Dijk esta vez sobre todo el texto:
... en vez de describir a cada
niño individualmente, podemos hablar sencillamente de “los niños”; en vez de
nombrar todas sus diferentes acciones, podemos decir que “jugaban” o llamar
“juguetes” a las cosas con las que jugaban. Esta posibilidad de emplear nombres
como superconjuntos de varios conjuntos nos permite derivar del ejemplo (2) una
proposición como “los niños jugaban en el jardín.”
Dos observaciones importantes
hace Van Dijk a propósito de la segunda macrorregla: en primer lugar, que el
tipo de proposición construida a partir de una generalización puede aparecer en
el texto mismo. En tal caso, dichas expresiones u oraciones se llaman temáticas
o tópicas ; en segundo lugar, que la generalización debe ser mínima, es decir,
que no se tomen conceptos generales arbitrariamente, sino superconjuntos
inmediatos. Por lo tanto, en este ejemplo sería incorrecto construir la
proposición algunas personas hacían algo .
Otra observación de especial
interés, pero esta vez sobre las dos primeras macrorreglas, es que la
información eliminada en ambos casos es irrecuperable :
Es imposible aplicar las
macrorreglas al revés para llegar de nuevo a las mismas proposiciones. En otras
palabras, las macroestructuras obtenidas de esta manera definen un “conjunto de
discursos posibles”, es decir, de todos los discursos que tienen un mismo tema
global.
• Construcción : Dada una
secuencia de proposiciones, se hace una proposición que denote el mismo hecho
denotado por la totalidad de la secuencia de proposiciones, y se sustituye la
secuencia original por la nueva proposición.
A modo de ejemplo, Van Dijk
aplica esta macrorregla al siguiente texto:
• Por fin Laura iba a hacer un
viaje en avión. Tomaron un taxi hasta el aeropuerto donde, después de enseñar
sus boletos, pasaron al mostrador para entregar sus maletas. Tuvieron que pasar
la puerta de seguridad y caminar hasta la sala de espera, antes de abordar el
avión...
La aplicación de la tercera
macrorregla la realiza Van Dijk sobre el texto ejemplo (3), a partir de la
segunda oración hasta el final. La proposición que se deriva de la aplicación
corresponde a “Laura tomó el avión”. La información eliminada está
implícitamente en la proposición construida, ya que esa información pertenece a
nuestro conocimiento del mundo:
Sabemos que la acción de tomar un
avión implica la de ir al aeropuerto, mostrar los boletos, etc. Las
proposiciones que denotan estas acciones, entonces, pueden ser sustituidas
todas por una acción más global.
Dos observaciones importantes
hace Van Dijk a propósito de la tercera macrorregla: en primer lugar, que la
información eliminada (los detalles) puede ser recuperada, porque esta
información pertenece a nuestro conocimiento del mundo; en segundo lugar, que
sólo se puede eliminar aquello que pertenece convencionalmente a los episodios.
Finalmente, Van Dijk realiza tres
observaciones generales sobre las macrorreglas:
a) en la medida en que las
macrorreglas generan proposiciones, las relaciones entre éstas deben satisfacer
también las condiciones normales de coherencia local (enlaces condicionales
entre hechos, relaciones de identidad u otras relaciones entre participantes,
etc.);
b) si es posible construir
proposiciones más generales, se pueden volver a aplicar las macrorreglas y
construir una macroestructura de más alto nivel;
c) en principio, no existe un
orden en la aplicación de las macrorreglas, pero quizás lo lógico sería aplicar
primero la “construcción”, ya que esta regla establece el tipo de episodio
pertinente en ese momento; a continuación, vendría la “supresión”, que eliminaría
los detalles no pertinentes textualmente; y, por último, la “generalización”,
que permite juntar diferentes hechos como un todo .
En síntesis, la aplicación de las
macrorreglas nos permite construir macroproposiciones que den cuenta del tema o
asunto del discurso. De todas maneras, no hay que olvidar - como ya se señaló
más arriba – que el concepto de macroproposición es relativo: dependiendo del
nivel de aplicación, las macroproposiciones darán cuenta de temas o asuntos
parciales del discurso, o bien, del tema global.
Por lo general, la coherencia
(tanto lineal como global) se manifiesta en la estructura de superficie del
discurso, es decir, en el texto, a través del uso de conectores o marcadores
lingüísticos (conocidos también como ”ilativos”). Sin embargo, existen ciertos
tipos de textos en que las relaciones entre proposiciones no aparecen
textualizadas ; de ahí, entonces, la importancia tanto del concepto de
macroestructura como de las macrorreglas.
Macroproposiciones,
superestructuras y tipos de discurso
La relación entre
macroproposiciones y tipos de discursos se reconoce a través de un nuevo
concepto que Van Dijk introduce en este punto: la noción de superestructura .
La superestructura corresponde a la estructura esquemática o forma global del
discurso, y su función sería la de definir la ordenación global del discurso y
las relaciones jerárquicas de sus respectivos fragmentos. Tal definición
incidiría en el tipo de información que debe ir en cada parte del texto: la
superestructura no dice nada acerca del contenido de una obra, sólo señala que,
si se trata, por ejemplo, de un cuento , dicho texto deberá presentar una
introducción, una complicación, una resolución y, en algunos casos, una
evaluación y una moraleja. Tales categorías, según Van Dijk, imponen ciertas
restricciones en cuanto a las clases de contenido semántico que pueden
representarse en cada categoría.
El proceso de la interpretación
del discurso.
El discurso literario
Desde luego, el problema de "cómo
entendemos" un texto literario siempre ha sido una preocupación
fundamental tanto del estudio literario tradicional como del más reciente: en
hermenéutica y en semántica se ha intentado dar cuenta de los distintos tipos
de significado de los textos literarios.
Un primer aspecto básico de la
comprensión que ha atendido la psicología del procesamiento del discurso es la
naturaleza predominantemente semántica de los procesos implicados.
Comprensión del discurso
literario
Los procesos y los principios de
la comprensión del discurso presentado
es de carácter general.
La lexicalización del discurso:
Se prefieren las palabras que más
adecuadamente significan la positividad de nuestras acciones y la negatividad
de las suyas, las que mejor expresan la polarización.
El significado también se puede expresar a
través de las formas, esquemas, formatos o superestructuras del discurso.
Léxico
En los actos del habla, el acto locutorio es lo que
decimos, el ilocutorio es la intención de lo que decimos y el perlocutorio es el
efecto que produce lo que decimos en el receptor.
Macroestructura: es el tema o asunto
Superestrutura: Es la silueta textual
Microesrtructura: las categorías gramaticales.
Las macrorreglas son procesos mentales que realiza un oyente o lector al ser expuesto a un discurso o texto escrito. Su intención es la de extraer la información importante de un texto, de tal forma que se pueda comprender de mejor manera el tema del que trata.
Macrorreglas según Van Dijk
El lingüista holandés Van Dijk
describió cuatro tipos principales de macrorreglas:
– Supresión u omisión.
– Selección.
– Generalización.
– Integración o construcción
Referencias
“Macrorreglas
textuales” en: Centro Virtual Cervantes. Recuperado en: 31 Marzo 2018 de Centro
Virtual Cervantes: cvc.cervantes.es.
“Estrategias
para resumir: macrorreglas de Van Dijk” en: Scribd. Recuperado en: 31 Marzo
2018 de Scribd: es.scribd.com.
“Teun
A. van Dijk” en: Wikipedia. Recuperado en: 31 Marzo 2018 de Wikipedia: en.wikipedia.org.
“Las
macrorreglas de Van Dijk” en: Prezi. Recuperado en: 31 Marzo 2018 de Prezi:
prezi.com.
“Macrorreglas
de selección y supresión” en: Slideshare. Recuperado en: 31 Marzo 2018 de
Slideshare: es.slideshare.net. y el perlocutorio es el efecto que produce lo que decimos en el
receptor.
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