sábado, 2 de mayo de 2020

Lenguaje y visiones lingüisticas


 visiones lingüisticas

El lenguaje es la capacidad que tiene toda persona de comunicarse con los demás mediante signos orales o escritos. Es un sistema de comunicación que comprende la forma (fonología, reglas del habla; morfología, que estudia cómo se forma una palabra y la sintaxis, que es la parte de la lengua que estudia de qué forma se relacionan las palabras que aparecen en una misma frase o párrafo), contenido (semántica, relativo al significado de las palabras) y uso (pragmática, que es el modo en que la situación influye en la interpretación del significado). Se compone de la lengua (idioma) y el habla (uso individual que hace cada hablante de la lengua). Se concreta a través de la escritura y la fonación.






















El signo lingüístico
Es el elemento mínimo constitutivo de la comunicación humana. Es la combinación del significado (concepto o idea abstracta que el hablante extrae de la realidad) y significante (nombre de las cosas, imagen acústica que va unida al concepto de cada cosa), que componen en conjunto una entidad lingüística de dos caras interdependientes.

Características del signo lingüístico

Carácter lineal
Los elementos de cada signo, al igual que cada signo respecto al otro, se presentan uno tras otro, en la línea del tiempo (cadena hablada) y en la del espacio (escritura).

Carácter arbitrario
La relación entre significado y significante no responde a ningún motivo; se establece de modo convencional. Cada lengua usa para un mismo significado un significante distinto.

Carácter mutable e inmutable
Por ser arbitrario, el signo no depende de ningún hablante en particular. Es inmutable, permanente, ningún individuo lo puede cambiar. Por otra parte es evidente que las lenguas cambian porque van cambiando os signos; es decir, son mutables a largo plazo.
 
Carácter articulado
Las unidades lingüísticas mayores son divisibles en partes más pequeñas, reconocibles e intercambiables.

Es una unidad capaz de trasmitir contenidos representativos, es decir, es un objeto material, llamado significante, que se percibe gracias a los sentidos y que en el proceso comunicativo es portador de una información llamada significado.

Según el semiólogo Ferndinand de Seassure, el signo lingüístico no vincula un nombre con una cosa,  sino que un concepto con una imagen acústica. Todas las palabras tienen un componente material (una imagen acústica) al que llama significante y un componente mental referida a la idea o concepto representada por el significante, al que llama significado. Significante y significado conforman un signo

    Chomsky.
    Al centrarse en los procesos mentales del leguaje, Chomsky puso en primer plano la mente humana como objeto de investigación y, a la vez, encaminó la investigación lingüística dentro del modelo ciencia actualmente vigente en las ciencias naturales.
    Competencia lingüística.
    (Conocimiento que el hablante-oyente tiene sobre su lengua). Diferente al estructuralismo saussuriano ya que estaba profundamente influenciado por el conductismo. De acuerdo a los principios del conductismo, toda conducta puede ser explicada mediante mecanismos de estímulo y respuesta y el lenguaje no escapa a este principio. Chomsky por un lado va a cuestionar la visión conductista del hombre y por otro lado va a criticar el carácter puramente descriptivo de los estudios estructuralistas sobre la lengua. 
    El uso normal del lenguaje implica la novedad y el no hábito, de hecho, la producción lingüística no está determinada por estímulos externos, ante cualquier situación el sujeto hablante puede generar una respuesta verbal novedosa. Chomsky denomina esta característica del lenguaje humano el uso creativo del lenguaje.
    Lo que Chomsky trata de investigar es una capacidad de la mente humana, su capacidad para entender y producir oraciones. El objeto de estudio de la lingüística, por lo tanto, ya no se define como un objeto externo al individuo (por ejemplo, como define Saussure la lengua), sino como la capacidad potencial que tiene todo sujeto hablante de una lengua de interpretar y producir el conjunto potencialmente infinito de oraciones pertinentes a esa lengua. 
    Lengua interna: capacidad de la mente de producir oraciones; lengua externa: las manifestaciones concretas de esa capacidad. A la capacidad de producir y entender oraciones de una lengua, Chomsky la denomina competencia lingüística y a la puesta en acción de esa capacidad potencial, al desempeño lingüístico efectivo, actuación.
    La competencia se define en términos de las capacidades de un hablante-oyente ideal en una comunidad lingüística homogénea, es decir, una comunidad de sujetos que hablan y saben exactamente lo mismo. Define la lengua como el conjunto potencialmente infinito de oraciones que un hablante-oyente ideal estaría en condiciones de producir o de interpretar. Las oraciones producidas efectivamente deben cumplir con ciertos requisitos gramaticales, semánticos y fonéticos, la violación de alguno o algunos de estos requisitos determinan su grado de aceptabilidad.
    Competencia gramatical.
    Se trata de una lingüística donde la noción de signo no se plantea, de hecho el signo saussuriano aparece distribuido en componentes distintos de la competencia lingüística: por un lado, una competencia fonética que establece las formas de combinación de los sonidos; por el otro, un componente semántico que da cuenta del sentido; y, por otro lado, la competencia gramatical que estructura oraciones.
    Gramática generativa.
    Chomsky asegura que si los sujetos pueden generar infinitas oraciones nuevas es porque en sus mentes hay un sistema capaz de generar todos los miembros de ese conjunto, y no porque tengan acumulados, registrados uno por uno, todos los miembros del conjunto. De allí el nombre que recibió esta corriente teórica: la gramática generativa. La gramática puede ser entendida entonces como un sistema de principios que genera el conjunto de las oraciones de la lengua y que está en la mente de los sujetos hablantes. La tarea de la lingüística es, entonces, la de determinar esos principios y explicar las habilidades lingüísticas de los hablantes.

    Adquisición del lenguaje.
      La facultad del lenguaje es una propiedad de la especie humana, todos los seres humanos nacen con la capacidad potencial de adquirir una lengua. El proceso de adquisición de la lengua además se produce en condiciones realmente sorprendentes, por un lado no hay una enseñanza metódica sobre la lengua, no se le dice al niño las oraciones se construyen así o asá, esta palabra es un sustantivo, aquella otra un verbo, el niño adquiere la lengua sin un adiestramiento específico; por otro lado, los estímulos a partir de los cuales los niños adquieren la lengua son pobres y confusos: fragmentos de conversaciones cotidianas donde se entremezclan frases inconclusas, errores gramaticales, diversidad de formas de hablar, y sin embargo la adquisición es relativamente uniforme para todos los niños; a todo esto debe sumarse el hecho de que la gramática de una lengua es sumamente complicada y que la adquisición de esa gramática se produce sin explicaciones al respecto. 
      La explicación más razonable sobre cómo un niño de tres años logra comprender y producir oraciones de su lengua materna con gran fluidez y precisión, es suponer que la adquisición del lenguaje forma parte de su desarrollo biológico, es decir que así como su cuerpo desarrolla los dientes, su cerebro internaliza la lengua que se hable en su entorno, es decir, desarrolla su competencia lingüística. 

      Chomsky postula así su hipótesis de la gramática universal (GU). La GU son los principios gramaticales universales a los que toda lengua humana se ajusta, y forma parte del bagaje biológico humano. Cuando Chomsky postula el carácter innato de la facultad del lenguaje no está postulando que los niños nacen hablando o con la gramática de alguna lengua particular ya instalada en sus mentes; sino que vienen ya diseñados genéticamente para adquirir cualquier lengua particular y que ese diseño genético debe contener unos principios universales sobre las lenguas humanas: la GU. La GU de la mente-cerebro del niño procesa los datos que le llegan del exterior y produce como resultado la gramática interna del niño de esa lengua particular, o sea, su competencia lingüística.
      Teun A. Van Dijk y el discurso

      La mayoría de los estudios literarios modernos o su mayoría centran su atención en el análisis del texto literario y no en los procesos de la comunicación literaria
      La producción (y la interpretación) de dicho texto son acciones sociales.
        
      ¿Que son los actos de habla?
      Es el acto llevado a cabo cuando un hablante produce un enunciado en una lengua natural en un tipo especifico de situación comunicativa.
      (La situación recibe el nombre de contexto), no es simplemente el acto de hablar o de querer decir algo sino además, y de manera decidida un acto social.
            
       ¿Que es el discurso?
      Se interpreta como un evento comunicativo completo en una situación social.
      Se entiende como una forma especifica  del uso del lenguaje y como una forma especifica de interacción social.
       ¿Porque este se relaciona con el discurso?
      Porque el discurso es un estudio empírico de los actos de habla.

      Tipos de formas en las que se puede estudiar el discurso:
      Para Teun A. Van Dijk, la comprensión de un texto se fundamenta en la unidad que éste presente. Dicha unidad es de base semántica y pragmática.



      Pragmática
        El discurso también posee una estructura global a nivel pragmático. La macroestructura en este nivel se denomina macroacto de habla .
      El macroacto de habla expresa lo que habitualmente se llama el propósito global del discurso. Se trata de la intencionalidad que persigue el discurso como un todo.
      Por lo general, tampoco el propósito global del discurso se expresa en actos de habla individuales, sino en secuencias completas. Por esta razón, el macroacto de habla también es una reconstrucción teórica.

      Al igual que en la dimensión semántica, puede reconstruirse, un macroacto de habla de un discurso completo, o bien, tan sólo de una parte; en otras palabras, también este concepto es relativo: todo dependerá del nivel de análisis que se adopte.

      La teoría de los actos de habla fue enunciada por John Austin y, más tarde, fue desarrollada por John Searle . La teoría señala que cuando un hablante emite una oración está realizando tres géneros distintos de actos:
      • Emitir palabras (morfemas, oraciones) = realizar actos de emisión .
      • Referir y predicar = realizar actos proposicionales .
      • Enunciar, preguntar, mandar, prometer, etc. = realizar actos ilocucionarios .
      Se trata, por lo tanto, de tres actos de diferente naturaleza, a pesar de que su realización sea simultánea.

      De todas maneras resulta importante destacar, siguiendo a Searle, que un hablante puede realizar un acto de emisión sin realizar en absoluto un acto proposicional o un acto ilocucionario. (Se pueden emitir palabras sin decir nada.) Sin embargo, lo normal es que en cualquier emisión es posible reconocer los tres actos. En todo caso, Searle destaca la necesidad de abstraer cada uno de estos actos en la medida en que los criterios de identidad son diferentes en cada caso. En efecto, este autor señala que:

      • Al realizar actos de emisión diferentes, un hablante puede realizar los mismos actos proposicionales e ilocucionarios. 
      Por ejemplo, un hablante podría decir: “Todavía no ha llegado Pedro”, y ante el silencio de los demás interlocutores que no reaccionan como él esperaba, podría agregar: “Alguien podría llamar al hijo de Juan”. Aquí, es evidente que hay dos actos de emisiones diferentes, pero en ambos casos la referencia es la misma (considerando que Pedro es el hijo de Juan) y también el acto elocucionario. 
      En el primer caso, es indirecto (acto de habla indirecto): “Todavía no ha llegado Pedro”, dice el emisor con la intencionalidad de que alguien vaya a buscarlo; pero como nadie reacciona según lo esperado, el hablante manifiesta entonces directamente su intención: “Alguien podría llamar al hijo de Juan” (acto de habla directo).

      • Tampoco es necesario que la realización del mismo acto de emisión por parte de dos hablantes diferentes, o por el mismo hablante en ocasiones diferentes, sea una realización de los mismos actos proposicionales e ilocucionarios. 
      La razón que hay detrás de esto es clara: los actos de emisión consisten simplemente en emitir secuencias de palabras. Los actos ilocucionarios y proposicionales consisten característicamente en emitir palabras en ciertos contextos, bajo ciertas condiciones y con ciertas intenciones . 
      Un ejemplo más o menos conocido es el siguiente: alguien emite la oración “Hace frío” con la intención (acto ilocucionario 1) simple de constatar un hecho; en otro contexto, sin embargo, un individuo emite la misma oración, pero esta vez con un propósito diferente (acto ilocucionario 2): el de que su interlocutor cierre la ventana que está abierta; por último, en otro contexto, una mujer emite la misma oración frente a su pareja con la finalidad (acto ilocucionario 3) de que ésta reaccione y por fin la abrace.

      Existe todavía un cuarto acto denominado perlocucionario , que corresponde a las consecuencias o efectos que los actos ilocucionarios tienen sobre las acciones, pensamientos o creencias, etc., de los oyentes. Searle señala:
      Por ejemplo, mediante una argumentación yo puedo persuadir o convencer a alguien, al aconsejarle puedo asustarle o alarmarle, al hacer una petición puedo lograr que él haga algo, al informarle puedo convencerle (instruirle, elevarle – espiritualmente -, inspirarle, lograr que se dé cuenta).

      Es importante destacar que es posible identificar los actos ilocucionarios (que expresan la intencionalidad comunicativa de los hablantes) mediante marcadores lingüísticos. Searle se refiere a esta posibilidad, señalando que se pueden distinguir: ...dos elementos (no necesariamente separados) en la estructura sintáctica de la oración, que podríamos denominar el indicador proposicional y el indicador de la fuerza ilocucionaria. El indicador de fuerza ilocucionaria muestra cómo ha de tomarse la proposición o, dicho de otra manera, qué fuerza ilocucionaria ha de tener la emisión; esto es, qué acto ilocucionario está realizando el hablante al emitir la oración.

      En castellano, los dispositivos indicadores de fuerza ilocucionaria incluyen al menos: el orden de las palabras, el énfasis, la curva de entonación, la puntuación, el modo del verbo y los denominados verbos realizativos.
      Puedo indicar el género de acto ilocucionario que estoy realizando, haciendo que la oración vaya precedida por “Pido disculpas”, “Aconsejo”, “Enuncio”, etcétera. A menudo, en las situaciones de habla efectivas, el contexto clarificará cuál es la fuerza ilocucionaria de la emisión, sin que resulte necesario apelar al indicador explícito de fuerza ilocucionaria apropiado.

      De las palabras de Searle se desprende una vez más la importancia de los contextos en donde se realiza el intercambio verbal, pues la fuerza ilocucionaria de una emisión puede no manifestarse en la estructura de superficie.
      Ahora bien, así como el concepto de mundo posible resulta clave para conocer la coherencia semántica entre las proposiciones de un discurso, Van Dijk introduce dentro del estudio de la dimensión pragmática del discurso el concepto de contexto pragmático . Por contexto pragmático Van Dijk entiende un conjunto de datos a base del cual se puede determinar si los actos de habla son o no adecuados . La coherencia a nivel pragmático se entiende, entonces, como la adecuación de los actos de habla al contexto pragmático correspondiente.

      Por último, es importante destacar que, para Van Dijk, existen condiciones cognitivas y sociales. Las primeras son de carácter convencional y especifican la adecuación del acto con respecto al conocimiento , las creencias (suposiciones), los deseos y las evaluaciones de los hablantes. Las condiciones sociales, por su parte, señalan que, para determinados actos de habla, el hablante debe tener una posición social que le permita realizar dicho acto. Por ejemplo, para dar una orden, que debe existir una relación de jerarquía entre los hablantes. Más aún, Van Dijk destaca que algunos actos de habla requieren condiciones institucionales, pues es evidente, por ejemplo, que sólo los jueces pueden llevar a cabo los actos de habla de perdonar y condenar , y sólo los policías pueden arrestar a la gente.

      Semántica
          • Coherencia lineal y global
      Para comprender más profundamente este modelo, a continuación explicaremos cómo se establece la coherencia lineal y global de un discurso, de qué manera los discursos se relacionan específicamente con los actos de habla y, finalmente, las etapas o fases que comprende el procesamiento del discurso por parte del lector/oyente.

      La coherencia lineal y las microestructuras
      Para Van Dijk, la coherencia lineal se instaura a partir de las relaciones semánticas entre oraciones individuales. La oración (concepto sintáctico) expresa una proposición (dentro de una semántica intensional) que denota un hecho (dentro de una semántica extensional). 
      El criterio básico de coherencia lineal es referencial: las proposiciones están relacionadas si los hechos denotados por ellas están relacionados. Como su criterio semántico es de base lógica, Van Dijk establece una clasificación de hechos condicionalmente relacionados y hechos no condicionalmente relacionados. 
      Van Dijk destaca la necesidad de especificar las condiciones generales para estos vínculos. Según el autor, existen condiciones de hechos posibles, probables y necesarias, así como consecuencias posibles, probables o necesarias de hechos condicionantes. 

      Sin embargo, se trata de un tema difícil. En algunos casos, la relación resulta clara, como en el siguiente ejemplo:
      Hubo tempestad. Los caminos están cubiertos de hojas y ramas.
      En este ejemplo, el primer hecho (un evento) aparece como la causa del segundo. Pero, como señala el mismo Van Dijk, hay relaciones más débiles, como la que se presenta en este otro ejemplo:
      Me acosté y me caí dormido.
      En este ejemplo, el hecho denotado por la segunda oración no aparece como consecuencia necesaria, sino tan sólo posible o probable.
      En estos dos ejemplos se trata de relaciones condicionales. Pero Van Dijk hace notar que existen textos que denotan hechos no condicionalmente relacionados como, por ejemplo, en el siguiente caso:
      Nosotros fuimos al zoológico y ellos fueron a la playa.

      Las relaciones entre los hechos denotados por las oraciones del ejemplo (3) muestran ser de un tipo diferente. Por un lado, las circunstancias de las acciones son idénticas. Como dice Van Dijk, en los dos casos son acciones de “salir” (“divertirse”) en una situación específica (por ejemplo, en un día caluroso). Los agentes están relacionados de algún modo (por lo menos, en el sentido de conocerse). Pero lo que señala la relación, según el autor, es la existencia de una tercera proposición implícita que especifica la condición común, como, por ejemplo: “Ayer fue un día agradable.” Este denominador común es el que permite establecer la coherencia del texto. Lo interesante es que esta proposición puede aparecer antes en el texto. De lo anterior, se deriva un tema importante para la comprensión de lectura: el de las llamadas presuposiciones , es decir, de aquellos hechos conocidos (a través del texto o por el contexto) que una oración que denota un hecho nuevo presupone. Van Dijk ofrece el siguiente ejemplo:

      El león que fotografié murió hoy en el zoológico.
      Según el autor, en esta oración ha sido incrustada la oración subordinada que fotografié con el objeto de identificar el león a partir de un hecho que el hablante supone que el oyente ya conoce.

      Por lo tanto, la coherencia lineal de un texto dependerá de la coherencia lineal de los hechos denotados por las proposiciones de las oraciones. Las relaciones que se descubren en este nivel irán configurando lo que Van Dijk llama microestructuras . El criterio referencial tiene consecuencias importantes, puesto que permite explicar la coherencia en términos de mundo posible . Para Van Dijk , un mundo posible es un conjunto de hechos particulares. Pero como hay diversos mundos posibles, la coherencia se convierte en un concepto relativo:

      Por lo general, si decimos de una oración que es verdadera, con esto queremos decir que denota un hecho en nuestro propio mundo posible. Algunas oraciones también pueden ser verdaderas con respecto a otros mundos posibles, por ejemplo, los de nuestros sueños o de un cuento. Asimismo, es posible especificar en qué punto o intervalo de tiempo una oración es verdadera, haciendo así referencia a un hecho que existe en un mundo en un momento particular; tal fragmento del mundo-tiempo se llama frecuentemente una situación.”

      Algunas de las relaciones entre hechos dentro de un mundo posible se expresan, en la estructura de superficie, por medio de conectivos. Por supuesto que esta situación dependerá de cada texto en particular. Cuando la conexión semántica no aparezca expresada en la estructura de superficie, el individuo (lector/oyente) podrá deducir tales relaciones a partir de su conocimiento del mundo.

      La coherencia global y las macroestructuras

      Ahora bien, para que un discurso sea coherente no basta con que lo sea sólo en un nivel lineal; es preciso, además, que lo sea en un nivel global. El reconocimiento de la coherencia global de un discurso se fundamenta en la posibilidad de asignarle un tema o asunto . 
      Según Van Dijk, es posible expresar el tema o asunto de un discurso a través de una macroproposición que englobaría un conjunto de proposiciones. 
      Las macroproposiciones expresarían una estructura semántica mayor, que el autor llama macroestructuras , en oposición a las microestructuras identificadas en el nivel de la coherencia lineal. 
      La relación entre microestructuras y macroestructuras sería la de una proyección semántica . 
      A partir de esta relación el autor señala que es necesario postular reglas para la proyección semántica que vinculen las proposiciones de las microestructuras con las de las macroestructuras. A tales reglas propone llamarlas Macrorreglas, porque producen las macroestructuras. 
      La función de las macrorreglas es la de transformar la información. Dicha información corresponde, en términos generales, a reducción de información, pues reducen una secuencia de varias proposiciones .

      Macrorreglas
      • Supresión: Dada una secuencia de proposiciones, se suprimen todas las que no sean presuposiciones de las proposiciones subsiguientes de la secuencia.
      A modo de ejemplo, Van Dijk aplica esta macrorregla al siguiente texto:
      María estaba jugando con su nueva pelota roja en el jardín de la casa.
      A pesar de que su madre le había advertido de que tuviera cuidado, comenzó a tirar la pelota contra la pared de la casa. De repente, la pelota pegó en una de las ventanas; el vidrio se rompió y los pedacitos de vidrio se dispersaron por todas partes...

      La aplicación de la primera macrorregla la hace el autor sobre la primera oración. De acuerdo con esta macrorregla, Van Dijk observa que es posible suprimir las siguientes proposiciones: la pelota era nueva , la pelota era roja y, tal vez, (ella jugaba) en el jardín . Todas estas informaciones no son necesarias para interpretar lo que sigue del relato. La única proposición importante y que no se puede suprimir (porque el resto del discurso presupone esta información) es María estaba jugando con su pelota .

      Tres observaciones importantes hace Van Dijk a propósito de la primera macrorregla: en primer lugar, que la supresión deja sólo las proposiciones que son textualmente pertinentes, es decir, las que desempeñan un papel en la interpretación de otras oraciones; en segundo lugar, que las proposiciones suprimidas denotan lo que generalmente se llaman los detalles del cuento; en tercer lugar, que el tipo de discurso determina la aplicación de las macrorreglas, pues lo que en un tipo de discurso resulta ser un detalle, en otro puede ser importante.

      • Generalización : Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que contenga un concepto derivado de los conceptos de la secuencia de proposiciones, y la proposición así construida sustituye a la secuencia original.
      A modo de ejemplo, Van Dijk aplica esta macrorregla al siguiente texto:
      • Esa tarde no hubo clase, así es que jugaron en el jardín. Mientras María rebotaba una pelota contra una pared y Pedro jugaba con unos muñecos en el rincón, Juanito construía torres de arena...

      La aplicación de la segunda macrorregla la realiza Van Dijk esta vez sobre todo el texto:
      ... en vez de describir a cada niño individualmente, podemos hablar sencillamente de “los niños”; en vez de nombrar todas sus diferentes acciones, podemos decir que “jugaban” o llamar “juguetes” a las cosas con las que jugaban. Esta posibilidad de emplear nombres como superconjuntos de varios conjuntos nos permite derivar del ejemplo (2) una proposición como “los niños jugaban en el jardín.”

      Dos observaciones importantes hace Van Dijk a propósito de la segunda macrorregla: en primer lugar, que el tipo de proposición construida a partir de una generalización puede aparecer en el texto mismo. En tal caso, dichas expresiones u oraciones se llaman temáticas o tópicas ; en segundo lugar, que la generalización debe ser mínima, es decir, que no se tomen conceptos generales arbitrariamente, sino superconjuntos inmediatos. Por lo tanto, en este ejemplo sería incorrecto construir la proposición algunas personas hacían algo .

      Otra observación de especial interés, pero esta vez sobre las dos primeras macrorreglas, es que la información eliminada en ambos casos es irrecuperable :
      Es imposible aplicar las macrorreglas al revés para llegar de nuevo a las mismas proposiciones. En otras palabras, las macroestructuras obtenidas de esta manera definen un “conjunto de discursos posibles”, es decir, de todos los discursos que tienen un mismo tema global.
      • Construcción : Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que denote el mismo hecho denotado por la totalidad de la secuencia de proposiciones, y se sustituye la secuencia original por la nueva proposición.

      A modo de ejemplo, Van Dijk aplica esta macrorregla al siguiente texto:
      • Por fin Laura iba a hacer un viaje en avión. Tomaron un taxi hasta el aeropuerto donde, después de enseñar sus boletos, pasaron al mostrador para entregar sus maletas. Tuvieron que pasar la puerta de seguridad y caminar hasta la sala de espera, antes de abordar el avión...

      La aplicación de la tercera macrorregla la realiza Van Dijk sobre el texto ejemplo (3), a partir de la segunda oración hasta el final. La proposición que se deriva de la aplicación corresponde a “Laura tomó el avión”. La información eliminada está implícitamente en la proposición construida, ya que esa información pertenece a nuestro conocimiento del mundo:

      Sabemos que la acción de tomar un avión implica la de ir al aeropuerto, mostrar los boletos, etc. Las proposiciones que denotan estas acciones, entonces, pueden ser sustituidas todas por una acción más global.
      Dos observaciones importantes hace Van Dijk a propósito de la tercera macrorregla: en primer lugar, que la información eliminada (los detalles) puede ser recuperada, porque esta información pertenece a nuestro conocimiento del mundo; en segundo lugar, que sólo se puede eliminar aquello que pertenece convencionalmente a los episodios.

      Finalmente, Van Dijk realiza tres observaciones generales sobre las macrorreglas:
      a) en la medida en que las macrorreglas generan proposiciones, las relaciones entre éstas deben satisfacer también las condiciones normales de coherencia local (enlaces condicionales entre hechos, relaciones de identidad u otras relaciones entre participantes, etc.);

      b) si es posible construir proposiciones más generales, se pueden volver a aplicar las macrorreglas y construir una macroestructura de más alto nivel;

      c) en principio, no existe un orden en la aplicación de las macrorreglas, pero quizás lo lógico sería aplicar primero la “construcción”, ya que esta regla establece el tipo de episodio pertinente en ese momento; a continuación, vendría la “supresión”, que eliminaría los detalles no pertinentes textualmente; y, por último, la “generalización”, que permite juntar diferentes hechos como un todo .

      En síntesis, la aplicación de las macrorreglas nos permite construir macroproposiciones que den cuenta del tema o asunto del discurso. De todas maneras, no hay que olvidar - como ya se señaló más arriba – que el concepto de macroproposición es relativo: dependiendo del nivel de aplicación, las macroproposiciones darán cuenta de temas o asuntos parciales del discurso, o bien, del tema global.
      Por lo general, la coherencia (tanto lineal como global) se manifiesta en la estructura de superficie del discurso, es decir, en el texto, a través del uso de conectores o marcadores lingüísticos (conocidos también como ”ilativos”). Sin embargo, existen ciertos tipos de textos en que las relaciones entre proposiciones no aparecen textualizadas ; de ahí, entonces, la importancia tanto del concepto de macroestructura como de las macrorreglas.

      Macroproposiciones, superestructuras y tipos de discurso
      La relación entre macroproposiciones y tipos de discursos se reconoce a través de un nuevo concepto que Van Dijk introduce en este punto: la noción de superestructura . La superestructura corresponde a la estructura esquemática o forma global del discurso, y su función sería la de definir la ordenación global del discurso y las relaciones jerárquicas de sus respectivos fragmentos. Tal definición incidiría en el tipo de información que debe ir en cada parte del texto: la superestructura no dice nada acerca del contenido de una obra, sólo señala que, si se trata, por ejemplo, de un cuento , dicho texto deberá presentar una introducción, una complicación, una resolución y, en algunos casos, una evaluación y una moraleja. Tales categorías, según Van Dijk, imponen ciertas restricciones en cuanto a las clases de contenido semántico que pueden representarse en cada categoría.          
      El proceso de la interpretación del discurso.

       El discurso literario
       Desde luego, el problema de "cómo entendemos" un texto literario siempre ha sido una preocupación fundamental tanto del estudio literario tradicional como del más reciente: en hermenéutica y en semántica se ha intentado dar cuenta de los distintos tipos de significado de los textos literarios.
      Un primer aspecto básico de la comprensión que ha atendido la psicología del procesamiento del discurso es la naturaleza predominantemente semántica de los procesos implicados.

      Comprensión del discurso literario
      Los procesos y los principios de la comprensión del discurso  presentado es  de carácter general.
      La lexicalización del discurso:
      Se prefieren las palabras que más adecuadamente significan la positividad de nuestras acciones y la negatividad de las suyas, las que mejor expresan la polarización.
       El significado también se puede expresar a través de las formas, esquemas, formatos o superestructuras del discurso.

      Léxico
      En los actos del habla, el acto locutorio es lo que decimos, el ilocutorio es la intención de lo que decimos y el perlocutorio es el efecto que produce lo que decimos en el receptor.
      Macroestructura: es el tema o asunto
      Superestrutura: Es la silueta textual
      Microesrtructura: las categorías gramaticales.

      Las macrorreglas son procesos mentales que realiza un oyente o lector al ser expuesto a un discurso o texto escrito. Su intención es la de extraer la información importante de un texto, de tal forma que se pueda comprender de mejor manera el tema del que trata.

      Macrorreglas según Van Dijk
      El lingüista holandés Van Dijk describió cuatro tipos principales de macrorreglas:
      – Supresión u omisión.
      – Selección.
      – Generalización.
      – Integración o construcción


       Referencias
      “Macrorreglas textuales” en: Centro Virtual Cervantes. Recuperado en: 31 Marzo 2018 de Centro Virtual Cervantes: cvc.cervantes.es.
      “Estrategias para resumir: macrorreglas de Van Dijk” en: Scribd. Recuperado en: 31 Marzo 2018 de Scribd: es.scribd.com.
      “Teun A. van Dijk” en: Wikipedia. Recuperado en: 31 Marzo 2018 de Wikipedia: en.wikipedia.org.
      “Las macrorreglas de Van Dijk” en: Prezi. Recuperado en: 31 Marzo 2018 de Prezi: prezi.com.
      “Macrorreglas de selección y supresión” en: Slideshare. Recuperado en: 31 Marzo 2018 de Slideshare: es.slideshare.net. y el perlocutorio es el efecto que produce lo que decimos en el receptor.

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