Las aventuras de Pinocho.
Historia de un títere es una novela bastante compleja, cargada de metáforas con
un significado profundo. Ya hemos hablado de la esencia material de Pinocho y
de su relación con el maltrato a los animales, así como de la humanización de
este personaje, concretada en una triple transformación: moral, material y
psicológica. Vamos ahora acerca de cómo Collodi nos habla a través de las
aventuras de este muñeco de la libertad humana y de la responsabilidad que cada
uno tiene hacia sí mismo y hacia los demás
El nacimiento de la libertad de
Pinocho
Cuando Gepeto transforma a
Pinocho en un muñeco, justo en el momento en el que le da piernas, cuando puede
moverse por sí mismo y no necesita de los demás, nace la libertad de Pinocho.
No en vano, es justo cuando tiene las piernas cuando lleva a cabo su primera
gran travesura: salir corriendo de la casa de Gepeto, la cual acaba con el
pobre tallador en la cárcel.
No obstante, Gepeto intenta desde
un primer momento coaccionar a Pinocho, por lo que podemos hacer uso de una
distinción propuesta por Isaiah Berlín, quien distinguió, en 1958, entre
libertad negativa y libertad positiva. Pinocho, en cuanto que es un ser
racional y autónomo, tiene libertad para autorrealizarse, para ser él mismo.
Esta es la libertad positiva. Sin embargo, Pinocho no tiene libertad de acción
(libertad negativa), en la medida en que existe una autoridad que le pone
límites (Gepeto o el policía que lo atrapa).
La libertad positiva de Pinocho
choca con la merma de libertad negativa que implica la autoridad, encarnada en
Gepeto, en el juez, en el policía, etc. por ello es un desobediente, así que
conquista sin más la libertad negativa: hace lo que quiere sin preocuparse de
la autoridad, como si no existiera.
Libertad y conocimiento
Pinocho hace lo que le da la
gana, a pesar de los consejos que le dan a su alrededor otros personajes, los
cuales, en muchas ocasiones, tales personajes dicen explícitamente que se basan
en la experiencia propia, como el papagayo. El caso, es que el muñeco es un
ingenuo y por ello toma siempre las elecciones con peores consecuencias, porque
sigue sus propias inclinaciones sin pensar en lo que pueda pasarle o sin
importarle que esté rompiendo una promesa o traicionando la confianza de los
demás. En este sentido, la libertad de Pinocho le lleva a actuar como un
irresponsable.
No obstante, Pinocho cambia,
aprende, y a partir de ese momento, comienza a hacer un uso alternativo de su
libertad: en lugar de hacer lo que le pide el cuerpo en cada momento, hace
aquello que de forma inmediata no le apetece, pero que a medio y largo plazo
tendrá mejores consecuencias para él: trabaja y estudia.
A Pinocho nadie le obliga a
trabajar y estudiar, salvo él mismo, quien, tras vivir una serie de penurias,
por haber tomado decisiones poco convenientes, decide seguir otro curso de
acción. Ahora bien, ¿deja Pinocho de ser libre por esto? La respuesta es no:
Pinocho sigue siendo tan libre como antes, pero ha aprendido que determinados
cursos de acción, no ir a la escuela y pasarse el día jugando, por ejemplo,
tienen consecuencias indeseables, por lo que, libremente, decide comportarse de
otra manera.
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