miércoles, 13 de mayo de 2020

LAS ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS III

LAS ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS III

Entendiendo por enseñanza las estrategias que adopta la escuela para cumplir con su responsabilidad. 
Enseñanza no equivale meramente a instrucción, sino a la promoción sistemática del aprendizaje mediante diversos medios… se prefiere el término de “estrategia de enseñanza”, al de “método de enseñanza”, que incluye tradicionalmente un significado de entrenar al docente en ciertas destrezas. “Estrategia de enseñanza” parece aludir más a la planificación de la enseñanza y del aprendizaje a base de principios y de conceder más importancia al juicio del docente. 

Las estrategias pedagógicas hacen referencia a formas de trabajo organizadas, sistemáticas y planeadas que orientan el proceso de formación de los niños y las niñas (pedagogía), y son la base para la enseñanza y el aprendizaje (didáctica). En este sentido, se comparte la definición que plantea Stenhouse (1991, p. 53)

De esta manera, la definición de estrategias pedagógicas se concreta en unas formas de trabajo en el aula por parte de las maestras y maestros. En la educación infantil se han posicionado las siguientes estrategias pedagógicas: las “asambleas”, los “rincones”, los “proyectos de aula o de investigación” y los “talleres”, las cuales posibilitan planear y organizar tiempos (rutinas), ambientes, recursos, experiencias y formas de participación de los niños y las niñas, que llenan de sentido el quehacer cotidiano de una maestra o maestro con su grupo en los niveles de educación inicial, preescolar y primeros grados de primaria. 

Estas estrategias responden a los propósitos de desarrollo y aprendizaje de la educación al promover la autonomía, la toma de decisiones, el reconocimiento de los saberes previos, el trabajo colaborativo, entre otras más. De igual manera, se convierten en una oportunidad para que las maestras y maestros organicen los tiempos y las maneras de trabajo pedagógico con los niños y niñas, basándose en los momentos de la jornada, las experiencias que se proponen impulsar y la intencionalidad de estas y los recursos con los que cuentan. 

Ahora bien, las intencionalidades pedagógicas se fundan en el reconocimiento de las singularidades de niñas y niños, de las características de los entornos en los que se desenvuelven cotidianamente y del conocimiento de las maestras y los maestros sobre los procesos de desarrollo infantil. En coherencia, las estrategias pedagógicas configuran el cómo que organiza la práctica pedagógica para lograr las intencionalidades definidas, teniendo en cuenta el rol del adulto y las posibilidades que ofrecen a las niñas y los niños. (MEN, 2015). 

Es importante reconocer que las estrategias anteriormente mencionadas, tienen una variedad de miradas, dependiendo de autores o de países, la intención acá es mostrar lo más genérico de cada una de ellas. Será en el trabajo individual y grupal junto con las maestras, que se construya una mirada propia frente a cómo llevar a cabo el proceso educativo a partir de estas estrategias. En este sentido, las estrategias pedagógicas están en constante cambio, pues se actualizan o se crean en relación directa con los desarrollos de la pedagogía o de las diferentes disciplinas que la nutren. Sobra decir, que las estrategias que aquí se proponen son solo un referente, puesto que cada docente como el establecimiento educativo tienen saberes pedagógicos que les permitirán enriquecerlas e incluso les permitirán generar otras propuestas.    

A continuación, se describen de manera general algunas estrategias pedagógicas, que pueden ser revisadas con mayor profundidad a través de las propias búsquedas que realizan las maestras y los maestros.

Las Asambleas

Hoy en día, la participación infantil es uno de los elementos fundamentales a la hora de situar propuestas educativas y pedagógicas que propenden por el reconocimiento de los niños y niñas como sujetos de derechos desde su nacimiento, y en ese sentido sujetos de conocimiento y por lo tanto sujetos de palabra. Las asambleas son una concreción de “dar la palabra al niño” y sobre todo de “escuchar su voz”. 

En la actualidad y para el caso de la educación inicial, las asambleas se reconocen como una de las estrategias que mayormente posibilitan el desarrollo del lenguaje oral, aunque desde luego, no es el único momento para ello, ya que se puede decir que, en general, en todos los momentos hay lenguaje y una de las grandes finalidades de la educación inicial, es como ya se ha planteado, el enriquecimiento del lenguaje.

Los principios pedagógicos que caracterizan esta estrategia son: 

● Los niños y niñas como sujeto de derechos
● La participación infantil
● Dar la palabra al niño y la niña
● Potenciar el desarrollo del lenguaje oral
● Construir vida social respetuosa

Algunos aportes para la puesta en práctica de las asambleas son:

Las asambleas son espacios de intercambio dinamizados por las maestras, que pueden darse en variados momentos de la vida cotidiana, y que se estructuran sobre preguntas, situaciones, reflexiones, etc. que son de interés para el grupo y que invitan a la reflexión, el intercambio y la generación de acuerdos. 

La bienvenida o el tiempo de la llegada de las niñas y los niños, que es el momento donde se van a organizar las actividades del día, es un tiempo ideal para el desarrollo de una asamblea, ya que allí se recordara qué se hizo con anterioridad, en qué se iba y cómo se podría continuar, o según el caso, qué se hará posteriormente. Igualmente se podría decir que al final de la jornada o de alguna actividad que lo amerite, realizar una asamblea o una puesta en común, de la forma como se ha llevado a cabo la actividad o sobre lo que ésta ha suscitado, puede resultar pertinente y potenciar las experiencias vividas. 

Las asambleas también son momentos de conversación libre en oportunidades, sobre algún acontecimiento que los convoca a todos porque ha sucedido en el momento, o sucesos que le han acontecido a un niño o una niña en especial, pero que ha llamado la atención de varios: tener un hermanito, la visita de un familiar, un viaje familiar, esto da la oportunidad para que “todos” hablen sobre su experiencia o sobre lo que les rememore la misma.       

La construcción de las normas de convivencia en el aula es una de las actividades más valiosas tanto para el desarrollo socioemocional de las niñas y los niños, como para asegurar la configuración de un ambiente seguro, tranquilo y acogedor, que invite a explorar, divertirse y crear, y que movilice interacciones cálidas y sensibles entre todos. Las asambleas son una estrategia esencial para contribuir a estos procesos, ya que allí se generan verdaderos “debates” y “argumentaciones”, que posibilitan el intercambio y el desarrollo de capacidades.

Al igual que en las demás estrategias, las asambleas son espacios privilegiados para el conocimiento de cada niño y niña referido tanto a sus propias particularidades, como de su comportamiento y en este caso de su lenguaje en el ambiente social. Se hace entonces muy importante que la maestra o maestro propicie la participación de “todos” los niños y las niñas.

Los rincones de trabajo o de juego

Los rincones son tal vez una de las estrategias pedagógicas más comunes en la educación inicial, que tienen perfecta cabida en la educación primaria, que implican una organización diferenciada del ambiente y de los materiales en el aula. Sin embargo, en nuestro país es muy poco trabajada, casi se podría afirmar que no forman parte de nuestra “cultura” pedagógica. 

Como ya se expresaba, la práctica más recurrente en la escuela es el trabajo en mesas, mayoritariamente en actividades de lápiz y papel, donde a todos los niños y niñas se les solicita realizar la misma “guía” y aunque no necesariamente se espera que todos la realicen de la misma manera, si existe una uniformidad en el material que incita a que todos hagan los mismo y al mismo tiempo de acuerdo con la instrucción de la maestra.

Trabajar por rincones implica un rompimiento con esta forma homogenizante de trabajo, ya que posibilita experiencias individuales o en pequeños grupos, simultáneamente; de acuerdo con los intereses de los niños y niñas. El objetivo principal de los rincones es posibilitar un trabajo libre, autónomo y diferenciado de los niños y niñas, donde cada uno pueda estar en el que elija respetando sus particularidades y sus ritmos, lo que, a su vez, le permite a la maestra o maestro conocer de cada uno, sus gustos, intereses, formas de jugar, aprender y trabajar.

Los rincones se caracterizan porque tanto los materiales como la disposición del espacio convocan a los niños y las niñas a explorar, crear, construir, recrear y transformar de manera individual o en pequeños grupos. Son espacios de interacción y participación, donde los niños y las niñas se expresan y deciden a qué jugar, qué elementos usar, con quien estar, entre otras acciones que fortalecen su autonomía.

Cada rincón de trabajo o juego tiene una planeación previa, en tanto se eligen y disponen los materiales para generar el interés de los niños y las niñas. Por ejemplo, se pueden organizar rincones paralelos y diferenciados de juego. Uno con material desestructurado como cucharas y elementos para explorar con imanes; otro con cubos, trozos de madera y elementos que inviten a construir; otro más con telas, espejos y maquillaje; y uno con una canasta de libros.

La maestra o el maestro participan en la experiencia de los niños y las niñas desde la disposición del ambiente, la observación y la intervención en el momento preciso para determinar el momento propicio para intervenir y responder de manera sensible a la acción de cada uno. Por ello guarda silencios, escucha y propone para mediar las situaciones que enfrentan los niños y las niñas (Vidal y Laguía, 1991).

Los principios pedagógicos que caracterizan esta estrategia son: 

● Desplegar el juego simbólico en los niños.
● Propiciar la autonomía.
● Propiciar la autorregulación
● Propiciar formas de convivencia.

Los rincones implican un orden y una organización planificada, e general los materiales deben estar clasificados y agrupados en cajas o canastos de manera llamativa y así mismo deben permanecer al terminar la actividad. Este aspecto es uno de los que más genera preocupación a las maestras y maestros, pues da la sensación de que el trabajo es muy desorganizado, que los niños y niñas van a moverse de un rincón hacía el otro sin mayor orden y por tanto esto genera un cierto “caos”. Sin embargo, la experiencia muestra que la organización se va logrando paulatinamente y ya después serán los mismos niños y niñas quienes se autorregulen y velen por una adecuada organización. Se podría incluso decir, que el trabajo por rincones es tan interesante y valioso para los niños y niñas que ellos y ellas se encargaran de mantener las normas que se construyan en colectivo.
  
Los rincones se organizan de acuerdo con la edad y características de los niños y niñas y la idea es posibilitar la satisfacción de las necesidades de juego, de movimiento, de exploración, de experimentación, de relación, de comunicación, de cooperación (Laguía, Vidal, 2010).  En general, se pueden organizar rincones: Iaacsofia2020@sensoriales, de construcción, de plástica, de Juego simbólico (casa, disfraces, médico, peluquería), rincón de los cuentos, rincones de inventos, juegos didácticos, juegos de mesa, entre otros. 

Desde la organización de estos rincones, se potencian diferentes procesos de desarrollo, como por ejemplo el pensamiento lógico, científico, el proceso de lectura y escritura, este último por ejemplo, puede motivar a los niños y las niñas a proponer el nombre del rincón o a nombrar los elementos que lo componen y desde el juego de palabras y el reconocimiento fonético de las letras, hacerles la invitación a escribir los carteles que se requieran ubicar, lo que mantendrá despierto el interés por transformar los rincones constantemente y avivará la curiosidad por el mundo fascinante del proceso de la lectura y la escritura lo que sin duda, ira entrelazado al reconocimiento de la intencionalidad comunicativa. 

La sugerencia es que los rincones tengan un horario “relativamente” fijo en la jornada escolar, que sea claro para los niños y niñas y que forme parte de las diferentes experiencias planificadas que se proponen. Pero fundamentalmente cuidar de que no se conviertan en el “relleno”, es decir que solo se usen cuando van acabando una actividad, o mientras se empieza otra. 

El papel de la maestra y el maestro, además de ser responsables de la organización y el mantenimiento de los rincones con la participación de los niños y niñas, puede ser también el sugerir actividades para los mismos y, sobre todo, ir observando para luego conversar con ellos y ellas sobre las experiencias que han tenido con el fin de potenciarlas.

Los proyectos de aula y de investigación

Esta estrategia surge de las preguntas espontáneas que hacen los niños y las niñas o que son promovidas por la maestra o el maestro cuando propone experiencias pedagógicas. Los proyectos de aula y de investigación son un proceso colectivo que se van estructurando a través de la indagación, el planteamiento de soluciones a las preguntas y los problemas que surgen en el conocimiento del mundo. Su tiempo de duración es proporcional al interés de los niños y las niñas, y de la maestra o el maestro.

Para llevarlo a cabo se conforma un equipo que indaga, explora y plantea hipótesis en busca de diferentes alternativas, al tiempo que propone diferentes actividades para ahondar en el conocimiento que se ha ido construyendo. La invitación a personas claves para que compartan su conocimiento -madres, padres, mamos, taitas, expertos, entre otras-, la revisión de documentos y de recursos bibliográficos, la proyección de películas o documentales, la organización de galerías, las salidas pedagógicas y los experimentos, son algunas de las posibilidades que se pueden plantear.

El proyecto de aula teje las vivencias y aprendizajes de los niños y las niñas que subyacen a esta experiencia; el juego, las expresiones artísticas, la literatura y la exploración del medio están presentes durante su desarrollo.

Los proyectos de aula son una estrategia cada vez más conocida en la educación de la primera infancia y la primaria, estos se plantean a partir de las preguntas e intereses de los niños y niñas, pues ellos son los protagonistas de los proyectos. 

Se trata de ampliar y profundizar ciertas preguntas, teniendo siempre en cuenta el desarrollo de los niños y niñas y las características de su pensamiento. Los proyectos buscan ampliar e intentar dar respuestas, pero a su vez dejar interrogantes sobre las inquietudes, lo que implica que los proyectos puedan realizarse en un tiempo relativamente prolongado (semanas e incluso meses) dependiendo de la pregunta y el interés de los niños y las niñas. 

La idea de los proyectos no es enseñar contenidos, sino comprender la complejidad de lo que se está indagando. Si se está haciendo un proyecto sobre el zoológico, seguramente las preguntas serán: ¿Qué animales hay? ¿De dónde los han traído? ¿Quién los cuida?, ¿Por qué se cobra la entrada?, etc. Como la misma autora plantea (Kaufmann, Serulnicoff, 2000), en el proyecto del zoológico no se trata de contar las patas de los animales pues esto no forma parte de las preguntas de los niños y las niñas. Sin embargo, este proyecto nos puede llevar a otro proyecto, sobre cualquier animal específico, el zorro, por ejemplo. Cuando estamos buscando información sobre los zorros, si vale la pregunta, cuánto miden, cuándo nacen y cuánto miden cuando son adultos, aquí si entra el pensamiento matemático para resolver una pregunta del proyecto. Lo mismo ocurre con el proceso de lectura y escritura en la exploración del sonido de las letras o en el juego de palabras al hacer separaciones, uniones, comparaciones, omisiones o adiciones de silabas o rimas como parte de la conciencia fonológica que acompaña este proceso y de la relación con las primeras grafías como esa “huella” o “marca” que empieza a apoyar los dibujos y las creaciones de los niños y las niñas.

Los principios pedagógicos que caracterizan esta estrategia son: 

● Mantener y enriquecer la curiosidad infantil
● El niño y la niña como sujetos y constructores de conocimiento
● Si bien la construcción del conocimiento es individual, solo es posible como construcción social
● La construcción del conocimiento requiere cierta organización

En los proyectos, se posibilita abordar preguntas, que son en general poco clásicas en la educación, pero que, por la exposición de los niños y las niñas a los medios de comunicación, en especial a la televisión, se han vuelto parte de él. No en vano muchas instituciones educativas trabajan temas como los dinosaurios, los planetas, los países, el mar, etc. Los proyectos se planifican con la participación de los niños y niñas, quien proponen diversas rutas y actividades.   

En cuanto a las actividades que se desarrollan en un proyecto hay que tener en cuenta una vieja premisa de la educación y es el que las actividades propuestas no se puedan resolver solamente con lo que los alumnos ya saben, pues pierden todo su interés, pero que a su vez es importante que se tengan algunos conocimientos que los pueda involucrar y asumir el reto que se les plantea, no hay que olvidarse que en general las preguntas surgen de los conocimientos que se tienen. Sobre lo que no se conoce nada, es muy difícil que surjan preguntas. 

Entre las actividades que se proponen en los proyectos están: las salidas; la invitación de expertos; la búsqueda de información en libros, en películas, fotos, internet; los experimentos; ente otras. Los proyectos, en general, se van construyendo y van dejando huellas, es decir, las actividades en sí se van registrando, las paredes del aula y la escuela se convierten así en una “galería”, en donde los mismos niños y niñas, los compañeros, las familias, pueden ir observando el desarrollo de estos (Fandiño, 2007).   

Esta “galería” se convierte en una oportunidad importante para visibilizar las producciones plásticas, gráficas y/o escritas de los niños y las niñas en tanto pueden verse interesados en escribir sus propias historias, cuentos, nombres de animales, o inventar “títulos” que enriquezcan y acompañen sus dibujos o creaciones en el marco del tema del proyecto, dando lugar así, a acercarse cada vez más al proceso de la escritura dentro de un tema que es de su interés.  Sin duda, la “galería” o los murales serán parte fundamental para la transformación del espacio y la materialización del proyecto de aula.

Los proyectos, así como se inician, se cierran y este es tal vez, uno de los momentos más importantes del mismo, pues se revisa y se hace un balance tanto de lo que se ha hecho, como de lo que se ha aprendido. Se dejan evidencias y se recogen todos los productos de dicho proceso, por lo general para compartirlo en la institución con otros cursos, con las familias y entre los mismos niños y niñas.

Los talleres

Los talleres parten de los saberes previos de los niños y las niñas desde los cuales se propone la exploración, la experimentación, la formulación de preguntas, la contrastación de hipótesis y la realización de actividades para elaborar y reelaborar sus comprensiones e interpretaciones de lo que viven de manera individual y grupal. Esta estrategia se desarrolla teniendo en cuenta un momento de apertura, de acción y un cierre, en el cual se materializa un producto creativo.

La maestra, además de preparar los materiales y de llegar a acuerdos con las niñas, los niños y las familias acerca del trabajo que se va a adelantar, motiva la exploración de cada niña o niño, agudizan su observación y potencia sus iniciativas; así́ propicia mayores comprensiones sobre los fenómenos tratados o los procesos desarrollados. Luego promueve un espacio de encuentro para reflexionar sobre la experiencia con los niños y las niñas, y los miembros de las familias que participan del taller”.

Los talleres tienen una mayor estructuración en términos de la planeación de la actividad que se va a proponer sea esta de plásticas: pintura, modelado, construcciones e incluso instalaciones.  Lo anterior va a depender tanto de la edad de los niños y niñas, como de los mismos objetivos que se persigan. Se puede empezar a hablar de los talleres tomando la siguiente cita:

Los talleres entendidos como espacios de crecimiento garantizan a las niñas y los niños la posibilidad de hacer cosas y, al mismo tiempo incitan a la reflexión sobre lo que están haciendo. El taller es un lugar especializado y en él se desarrollan actividades meditadas. En el taller es posible curiosear, probar y volver a probar, concentrarse, explorar, buscar soluciones, actuar con calma, sin la obsesión de obtener un resultado a toda costa. Puede ser también una diversión y un juego. Es hacer por el placer de hacer. El taller ayuda a los niños a crecer dejándoles tiempo para crecer (Quinto, 2008, p.17). 

Los principios pedagógicos que caracterizan esta estrategia son: 

● Aprender haciendo
● Explorar y reflexionar
● Propiciar el trabajo individual y en grupo
● Importancia del proceso tras la construcción de un producto colectivo

La anterior definición de taller lleva a pensar en una planeación flexible de la maestra o maestro, que posibilite que los niños y las niñas de forma individual o en pequeños grupos, a partir de la experiencia propuesta, asuma y reelabore significados que los lleve a enriquecer y descubrir nuevas rutas a fin de suscitar una variedad de interpretaciones.

Los talleres son una estrategia que posibilita el trabajo alrededor de las diferentes manifestaciones artísticas como por ejemplo la plástica, la música, la expresión corporal, la expresión gráfica así mismo de la variedad de exploraciones del medio. Incluso muchos de los talleres pueden provocar diferentes tipos de juego, así como promover otras actividades que permitan disfrutar de experiencias desde la literatura, los juegos de palabras, las retahílas, los refranes, adivinanzas entre otras, que de manera paulatina van acercando al niño y a la niña a procesos de lectura y escritura de manera significativa.    

Después de ahondar en las características y principios pedagógicos de cada estrategia, es importante mencionar la posibilidad que éstas brindan para la construcción de materialescon los niños y las niñas, así como la implementación y uso de otros recursos ya elaborados que contribuyen al potenciamiento del desarrollo y aprendizaje de los niños y las niñas.

A manera de ejemplo, se puede evidenciar esta construcción de materiales y uso de recursos en el proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura. En la construcción de materiales con los niños y las niñas una herramienta potente que visibiliza este proceso desde el acercamiento hasta su formalización es la creación de textos a partir de los intereses de los niños y las niñas, en los que se pone en juego todo su ser, expresando sus ideas, saberes, sentimientos y formas de ver y comprender el mundo. La creación de textos puede darse de manera individual o grupal y en el marco de cualquier estrategia, usando diferentes formatos y tamaños de hojas, diferentes técnicas y materiales para dibujar, pintar o escribir. La posibilidad de la creación de textos favorece elementos importantes como la conciencia fonológica, la ampliación de vocabulario, entre otras, lo que irá abonando el camino y construyendo las bases para el mágico y fascinante mundo de aprender a leer y escribir. 

Es importante enfatizar que la combinación de estos materiales y otros, que surjan de la experiencia de las maestras y maestros son un complemento vital para que el proceso del aprendizaje de la lectura y la escritura sea potente y pertinente con los niños y las niñas en transición y primero.



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