JUEGOS SUMA...
Recordemos que los “juegos”
son ejemplos teóricos para analizar los posibles comportamientos en el ámbito
de la decisión, por lo que aunque inicialmente surgiese en el campo de la
matemática, en la actualidad son utilizados en muchos otros campos (economía,
psicología…), siendo la filosofía moral y política una de las que más uso hace
de ellos.
El dilema del prisionero
Imaginemos a
dos individuos que están encerrados en la misma celda –a partir de ahora les
llamaremos prisionero 1 y prisionero 2– y que han sido condenados a
muchos años de internamiento. Da igual la cuantía exacta,
pero para fijar mejor el
ejemplo, supongamos que son 40 años. Igualmente, el delito tampoco es
importante, pero teniendo en cuenta la duración de la pena, ha tenido que ser
grave, tanto el de de uno como el de otro.
Prisionero 1 y prisionero 2, que no están dispuestos
a pasar su vida entera entre rejas, deciden elaborar un plan
que les permita escapar de la cárcel.
Un plan, por otra parte,
muy bien elaborado y con visos de éxito, y aunque, claro está, siempre exista
el riesgo de ser descubiertos, ya que una fuga de una penitenciaría nunca está
exenta de riesgos, por muy bien elaborado que esté el plan, vamos a suponer que
en este caso el éxito está asegurado, si ambos colaboran, aunque ellos no lo
sepan.
Así que podemos observar fácilmente que ambos prisioneros tienen dos
opciones: o bien cooperar para llevar a buen puerto la fuga; o bien, delatar al
compañero.
Si, por
ejemplo, el prisionero 1 decidiera decantarse por la delación, la
autoridades penitenciarias le otorgarán una considerable reducción de condena,
por haber facilitado acabar con un intento de fuga, aunque todavía le quedaría
bastantes años por cumplir; si, por el contrario, prefiere seguir con el plan
previsto, llevarlo a sus últimas consecuencias, tanto su compañero como él
podrán huir, acabando así de un plumazo con todos los años previstos de
internamiento.
Claro, siempre y cuando el delatado no sea él, ya que
entonces vería aumentada su condena. Naturalmente, prisionero 2
se encuentra en la misma situación que su compañero de celda. Es decir tendría
los mismos beneficios y castigos que prisionero 1.
Está claro que la mejor opción para ambos sería la cooperación,
ya que es la que más visos tiene de éxito y la que uniría sus destinos tanto en
el fracaso como en el éxito. Pero al desconocer qué hará la
otra persona, el otro prisionero, realmente es más beneficioso ser el primero
en delatar. Así, el delator, se garantiza la disminución de la
pena y, además, no ser castigado.
Si recordamos lo que decíamos de la estrategia maximín, aquella que nos dicta
jugar la carta que aunque no nos otorgue el máximo beneficio sí que nos permita
perder lo mínimo, está claro que la opción más factible es la
delación.
Esta combinación, supone un ser humano
codicioso, que mira sólo por su propio interés, sin importarle falta a su
palabra o lo que suceda a los demás por su culpa.
Pero,
¿realmente somos así? Desgraciadamente, el sistema
económico se sustenta sobre la base de este ser egoísta, olvidándose de lo que
también somos, seres sociales, necesitados, y que no sólo actúan por el interés
crematístico.
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