lunes, 4 de mayo de 2020

COMPETENCIA LINGUISTICA

COMPETENCIA LINGUISTICA
La idea de competencia tiene un punto de partida en las teorías lingüísticas de Noam Chomsky. Para él, la competencia es el sistema de reglas innato e interiorizado que constituye el saber lingüístico de los hablantes. La competencia es universal en cuanto le subyacen un conjunto de reglas comunes a todas las lenguas. Gracias a esta competencia pueden producir y emitir un número infinito de oraciones hasta entonces inéditas.
A la competencia universal la acompaña, por un lado, la competencia particular, que atañe a las reglas específicas de cada lengua, y, por otro, la intuición del hablante, por la que éste puede enjuiciar la gramaticalidad de los enunciados que les son presentados, en este sentido, se llegó a equiparar, como hizo Weinrich, intuición con norma lingüística.


 La Semántica estudia la relación entre los signos y su significado. También en este caso existen ciertas reglas que permiten formar frases con sentido. Por ejemplo si se quiere decir a alguien que tenga cuidado con el piso resbaladizo que está pisando, se ha de decir las palabras adecuadas para que comprenda el mensaje y por tanto no valdría decir “ este piso brilla”, aunque eso también sea cierto y sintácticamente sea correcto, sino que habría que decir “este suelo resbala”. Con este ejemplo queda claro que no basta poner en orden las palabras, sino que es preciso también escoger las palabras adecuadas



 La Pragmática es la disciplina que se ocupa de la relación entre los signos del lenguaje y los contextos o circunstancias en que las personas usan tales signos. En el caso del lenguaje, las personas son los hablantes, los signos, las palabras y la dimensión pragmática está constituida por la intención de los hablantes que realizan la locución y el contexto en el que ocurre la comunicación. Por ejemplo: la frase “éste todavía está verde”, puede entenderse de manera muy distinta según quien la pronuncie y en el contexto en que lo haga.


 La Sintaxis analiza la relación existente entre los distintos símbolos o signos del lenguaje. Esta dimensión se manifiesta en un conjunto de reglas sintácticas o gramaticales que orientan sobre el modo en que las palabras han de estar colocadas para que el enunciado u oración resultante pueda cumplir adecuadamente su función de transmitir ciertos mensajes.
            Por ejemplo: si alguien dice “no perro muerde mi” para informar de que su perro no  muerde, apenas se entendería, puesto que su locución está llena de incorreciones sintácticas.


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Doctorado. Recursos lexicales parentales y medíaticos

 Curriculo. Grado undécimo. Bachillerato Humanidades. Por John Jairo Botero González.