martes, 30 de junio de 2020

La Charca. Lectura crítica



El fondo de la charca

Tomado de la CDA La Charca

¡Cuenta la leyenda que en algún  lugar, existe una charca cuyas aguas tienen sentimientos y emociones!

Justamente por el levante, al este de la emoción está ubicada la Charca. 

Un lugar mítico, donde habitan cuatro seres magníficos: la Tortuguina Jupa, la elefantita Pekis, la pioja Silrafu y un sapo cazador. 

Todos los días una princesa se sienta en la orilla y diez minutos después de sumergir sus pies en el agua, ella ve con asombro, como la charca se hace un gran espejo que transparenta el agua con un color de absoluta brillantez... 

Ella mira con asombro el prodigio...

A las tres y quince minutos,  el sapo cazador, se ubica en la orilla opuesta y sin ser visto se alela observando tan sin igual belleza.

-¿Te cuento un secreto? ¿Sabes que se esconde en el fondo de la charca?-dijo el sapo con voz de arrullo.

La princesa entre el anonadamiento y el susto gira su cabeza y dice: – ¡Oh! has hablado hermoso sapito-

-¿Sabes?- contestó con orgullo el sapo- Este lugar es el más bello de cualquier estado de ánimo- y continúo el batracio: - todo cuanto en él existe, es la razón de una emoción, pero ¡nada más bello que tú! -

La princesa se sonrojo y agachó la cabeza y en ese instante vio como el sapo reflejaba, sobre el agua... Era el rostro de un apuesto hombre – para ella-

-¡Oh!- exclamó la princesa.
- ¿¡No te he dicho aún el secreto y ya estás sorprendida!?- Honor que haces a mi presencia- Sostuvo el sapo-

- No... No... ¡No entiendo! - exclamó la princesa señalando el agua donde se transparentaba el rostro.

- Mira ahí... en el fondo de la charca- suspiró. Lo que no sabía la princesa, era que el sapo no podía ver en el agua, lo que ella veía.

- Si, en el fondo de la charca, puedes ver, algo fantástico que solo el hada Nimue, tiene reservado para las almas buenas... quizás lo veas.

-¡Si!- replicó con emoción la princesa- ¡Lo veo...es fantástico!

- Disfrútalo, ¡es una vieja armadura y una espada centelleante! – dijo engolando la voz el sapo

- Noooo... ¡es un bello rostro! Mira- espetó ella, abriendo sus bellos ojos.

El agua de la charca tomó un hermoso azul pastel, cuando la princesa agitó sus pies por la emoción.

-Gracias- dijo el sapo... - Aunque creo que no estamos viendo lo mismo – continuó- has tornado este lugar en un fuente de paz, melancolía, serenidad, por eso el agua ha tomado ese color celeste...-

Efectivamente el agua era azul con tonalidades verdosas que iban desde el celeste hasta el marino, dando un brillo especial a la charca...

-Esto es un sueño- suspiró la princesa...

Así, todos los días el sapo y la princesa se reunían a la orilla de la charca y compartían poemas, instantes y ante  todo eso estados de ánimo de la charca que prodigaba la forma como la princesa agitaba sus pies en el agua.

- ¡Oh! Mira es amarilla- decía ella. – hoy, has traído fuerza, vitalidad, energía a la charca- significaba él.

- ¡Urra! Mira sapito es rosa- -siiii, el color de la infancia, hoy eres amabilidad y bienestar-

- ¡Vaya!, qué bello ese color rojo- - fuerza y creatividad-contestaba el sapo.

- ¡Uf!, qué divino ese color naranja, ¿te gusta sapito?- si, mucho es pasión, energía, fuerza, triunfo- contestaba él con igual emoción.

- ¡Recórcholis!, es un color gris... ¿qué ha pasado, hoy, sapito?—Mi princesa, mucho me temo – dijo el sapo- que eso es tristeza y aburrimiento- 

Y explicó el sapo- ¡esa es la razón por la cual en esta charca no existe el color negro! Pero dime princesa: ¿acaso algo te agobia?

- Hace poco sapito- expresó la princesa -estuve hablando con mi padre... –

 -Algo malo te ocurre- interrumpió el sapo-

-NO...No creo- continuó la princesa – Le pregunte a mi padre: ¿qué es la vida? –

– ¿Y el, qué te contestó?- volvió a cortar el sapo, sin avergonzarse de su ansiedad.

-          Me dijo: -¡Hija mía la vida es un sueño entre una bienvenida y una despedida con mucho adioses!-

- ¿Por qué lo preguntas hija mía?- dijo el rey.

- Nooo… padre...¡por nada!- Respondió al princesa.

-          ¿Y tú crees que cuando será esa despedida padre?

-          Mirándola fijamente a los ojos le dijo el soberano: -  Nadie lo sabe hija mía. Pero de lo que si estoy seguro es que me he preparado desde hace tiempo para tu adiós-

-          La princesa lo miró con ojos de compasión.

-          Padre ¿puedes creer que el toque de mi presencia crea estados de ánimo?

-           Lo sé hija mía... En mi despiertas amor- pero díme ¿estás enamorada? No sé porque presiento que un día no regresarás y todo tiene que ver con esa fuente de donde traes el agua que alivia los males del reino. 

Pero si decirle adiós a mi hija es el precio que debo de pagar por el bien de mi gente... ¡que se haga la voluntad del destino!- terminó diciendo el rey con resignación.

-          La princesa tomó de la mano a su padre- bien sabes padre mío que nada haría contra los intereses de la gente del reino y si esa agua que traigo a  diario es fuente de paz y bienestar, seguiré trayéndola para escanciar la sed de todos. 

–La princesa levantó su rostro y mirando fijamente a los ojos del rey, sentenció: - ¿Si me hablas de amor..? ¡No padre! no creo que sea amor... simplemente, es un raro sortilegio, que al verlo se hace difícil del resolver-...

-           Y tú ¿qué crees que es el amor, hija mía?

El sapo que había rebajado la ansiedad...se quedó mirándola dubitativo y explicó con cierto deje de tristeza en su voz:
-          ¡Si! Debo entender que llegó la hora de decir adiós. 

Pero no debes preocuparte, si la idea es por el agua... mis amigas, custodias de la charca, las cuales no conoces, han estado trabajando en el laberinto del pi... 

Recuerdas: la relación entre la longitud de una circunferencia y su diámetro, ellas decidieron ante un reto, a partir del acertijo de Minos y resolvieron construir un laberinto a partir de la solución al problema matemático de “P versus NP”.  ¡!¡!¡!¡!

La idea es hacer un laberinto con tal número de encrucijadas que el hombre no pueda encontrar y así garantizar que el agua llegue a todos, que nadie se apodere de ella y te juro que está próximo a concluirse-

-          ¿Crees que no debo volver?- dijo la princesa.

-          ¡No!- dijo el sapo- simplemente que debes resolver tu propio enigma.

-          Mi enigma es que yo veo, lo que tú no ves – contestó la princesa.

-          Pero eso debes resolverlo por ti misma, quizás para eso eres una princesa-

-      ¡Yo hablo de un rostro, tú de una armadura y una espada centellante!- Explicó la princesa

-          Yo me pregunto más bien- dijo el sapo- ¿por qué estas aguas nunca se han teñido de blanco, el color de la pureza, la limpieza y libertad?

Eran las tres de la tarde y la princesa agitó sus pies en el agua...estas se tornaron en un espejo lila, que poco a poco se fue convirtiendo en violeta...

-  ¡Mon Dieu!- gritó el sapo, al tiempo que se llevaba la mano a  la boca tratando de ocultar lo que acababa de decir- ¡es la magia!- volvió a gritar el sapo.

-  Debo decírtelo-  dijo con  aire circunspecto el sapo- en tu mundo besar un sapo es como sacar un príncipe de una chistera... ¡!¡!¡!

Yo...Yo...pues, yo no lo creo...es simplemente una leyenda...pero...si...

-          ¡Me atrevería a besarte! -dijo rápidamente la princesa sin dejar que el sapo continuara con su parlamento..

– lo haría porque te conozco...me encantas... y si la leyenda funciona debes irte para mi reino y he entendido que nuestro mundo es aquí: La Charca...

El dilema es ¿si quieres un adiós o una despedida? Tu no lo ves, pero yo si veo tu rostro en el agua...yo no veo un sapo, siempre veo un apuesto hombre que llena mi mente y mi corazón de poesía, historia y conocimiento. Si le preguntara a mi padre, me diría que es el amor...

El sapo lanzó un profundo suspiro y se dejó caer de espaldas...cerró los ojos...inhaló el aroma de las violetas y miró compasivo a la princesa...

-          Mi padre lo entendería- prosiguió ella- de alguna forma ya nos dijimos adiós-

Sin pensarlo el sapo corrió de salto en salto a la otra orilla, donde estaba la princesa, cerró los ojos y de un salto le estampó un beso...

En la Charca hubo un relampagueó instantáneo. A lo lejos el eco expiró ¡Ah! Seguido de ¡h! Y el viento pasó con un suave ¡Ojú!

Cuando el sapo abrió los ojos no vio una princesa...se restregó de nuevo los ojos y no podía dar crédito a lo que veía...

-    ¡Mon Dieu!- Una ovejita... ¿qué pasó?...

-     ¡Beee-beee!- Gritaba entre saltos de alegría la ovejita... -!bee-beee ¡-

El sapo en su asombro también empezó a  saltar- ¡croá, croá!-

-          Soy una princesa feliz...muy feliz...lo logramos

-          -¡buah!- el sapo seguía sombrado

-          -No lo ves- dijo la ovejita lo logramos...somos el uno para el otro.

-          ¿Cómo?- preguntó el sapo sin salir del asombro

-          Sencillo, ¡triunfó nuestro amor!

-          ¿Cómo llamas un triunfo a la unión entre un sapo y una oveja?...-estás loca...piensa- Espetó el sapo, perdiendo por primera vez la cordura e inmensamente triste.

La oveja tomó de la mano al sapo y lo acercó a la charca y le reveló el secreto:
-          Si miras a la charca no ves más que el agua... pero si agitas tus ancas en ella verás algo más... Ven—tomó al sapo de la mano y lo llevó al agua.

-          A las tres y 10 minutos el agua se tornó blanca

-          ¡Mon Dieu!- dijo el sapo...por vez primera veía su propio rostro y al mirar al lado, veía relejado el rostro de la oveja, como su princesa... ¡es magia!-

-          ¿Sabes que se esconde en el fondo de la charca?- preguntó el sapo

-          Si- dijo la ovejita – ¡el amor!

Para entonces, Jupa la Tortuguina, Pekis la elefantita y Silrafu la pioja habían presenciado el sortilegio...

-          Bienvenida- dijeron en coro las guardianas de la charca...

 -Emocionar es actuar. Sentir es percibir- a partir de hoy eres una integrante más de este lugar. 

¡Alégrate!, has llegado para decirles a todos que como ovejita “pueden contar contigo”; a partir de hoy serás la “ovejita violetera”.

Aquella mañana el rey se asomó a su ventana y de algún lado, un  fino hilo de agua llegaba hasta el palacio... Sonrió y dijo: - Adiós hija mía-

Eran las tres y.... Nada el reloj estaba loco..de alegría


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