El
fondo de la charca
Tomado de la CDA La Charca
¡Cuenta
la leyenda que en algún lugar, existe
una charca cuyas aguas tienen sentimientos y emociones!
Justamente
por el levante, al este de la emoción está ubicada la Charca.
Un lugar mítico,
donde habitan cuatro seres magníficos: la Tortuguina Jupa, la elefantita Pekis,
la pioja Silrafu y un sapo cazador.
Todos los días una princesa se sienta en la
orilla y diez minutos después de sumergir sus pies en el agua, ella ve con
asombro, como la charca se hace un gran espejo que transparenta el agua con un
color de absoluta brillantez...
Ella mira con asombro el prodigio...
A las
tres y quince minutos, el sapo cazador,
se ubica en la orilla opuesta y sin ser visto se alela observando tan sin igual
belleza.
-¿Te
cuento un secreto? ¿Sabes que se
esconde en el fondo de la charca?-dijo el sapo con voz de arrullo.
La
princesa entre el anonadamiento y el susto gira su cabeza y dice: – ¡Oh! has
hablado hermoso sapito-
-¿Sabes?-
contestó con orgullo el sapo- Este lugar es el más bello de cualquier estado de
ánimo- y continúo el batracio: - todo cuanto en él existe, es la razón de una
emoción, pero ¡nada más bello que tú! -
La
princesa se sonrojo y agachó la cabeza y en ese instante vio como el sapo reflejaba, sobre el agua... Era el rostro de un apuesto hombre – para ella-
-¡Oh!-
exclamó la princesa.
- ¿¡No
te he dicho aún el secreto y ya estás sorprendida!?- Honor que haces a mi
presencia- Sostuvo el sapo-
- No...
No... ¡No entiendo! - exclamó la princesa señalando el agua donde se transparentaba
el rostro.
- Mira
ahí... en el fondo de la charca- suspiró. Lo que no sabía la princesa, era que
el sapo no podía ver en el agua, lo que ella veía.
- Si,
en el fondo de la charca, puedes ver, algo fantástico que solo el hada Nimue,
tiene reservado para las almas buenas... quizás lo veas.
-¡Si!-
replicó con emoción la princesa- ¡Lo veo...es fantástico!
- Disfrútalo, ¡es una vieja armadura y una espada centelleante! – dijo engolando
la voz el sapo
-
Noooo... ¡es un bello rostro! Mira- espetó ella, abriendo sus bellos ojos.
El
agua de la charca tomó un hermoso azul pastel, cuando la princesa agitó sus
pies por la emoción.
-Gracias-
dijo el sapo... - Aunque creo que no estamos viendo lo mismo – continuó- has
tornado este lugar en un fuente de paz, melancolía,
serenidad, por eso el agua ha tomado ese color celeste...-
Efectivamente el agua era azul con tonalidades verdosas que iban
desde el celeste hasta el marino, dando un brillo especial a la charca...
-Esto es un sueño- suspiró la princesa...
Así, todos los días el sapo y la princesa se reunían a la orilla
de la charca y compartían poemas, instantes y ante todo eso estados de ánimo de la charca que
prodigaba la forma como la princesa agitaba sus pies en el agua.
- ¡Oh! Mira es amarilla- decía ella.
– hoy, has traído fuerza,
vitalidad, energía a la charca- significaba él.
- ¡Urra!
Mira sapito es rosa- -siiii, el color de la infancia, hoy eres amabilidad y
bienestar-
- ¡Vaya!, qué bello ese color rojo- - fuerza y
creatividad-contestaba el sapo.
- ¡Uf!, qué divino ese color naranja, ¿te gusta
sapito?- si, mucho es pasión, energía,
fuerza, triunfo- contestaba él con igual emoción.
- ¡Recórcholis!, es un color gris... ¿qué ha
pasado, hoy, sapito?—Mi princesa, mucho me temo – dijo el sapo- que eso es tristeza y aburrimiento-
Y explicó el sapo-
¡esa es la razón por la cual en esta charca no existe el color negro! Pero dime
princesa: ¿acaso algo te agobia?
- Hace poco sapito-
expresó la princesa -estuve hablando con mi padre... –
-Algo malo te ocurre- interrumpió el sapo-
-NO...No creo-
continuó la princesa – Le pregunte a mi padre: ¿qué es la vida? –
– ¿Y el, qué te
contestó?- volvió a cortar el sapo, sin avergonzarse de su ansiedad.
-
Me dijo: -¡Hija mía
la vida es un sueño entre una bienvenida y una despedida con mucho adioses!-
- ¿Por qué lo
preguntas hija mía?- dijo el rey.
- Nooo… padre...¡por
nada!- Respondió al princesa.
-
¿Y tú crees que
cuando será esa despedida padre?
-
Mirándola fijamente a
los ojos le dijo el soberano: - Nadie lo
sabe hija mía. Pero de lo que si estoy seguro es que me he preparado desde hace
tiempo para tu adiós-
-
La princesa lo miró
con ojos de compasión.
-
Padre ¿puedes creer
que el toque de mi presencia crea estados de ánimo?
-
Lo sé hija mía... En mi despiertas amor- pero
díme ¿estás enamorada? No sé porque presiento que un día no regresarás y todo
tiene que ver con esa fuente de donde traes el agua que alivia los males del
reino.
Pero si decirle adiós a mi hija es el precio que debo de pagar por el
bien de mi gente... ¡que se haga la voluntad del destino!- terminó diciendo el
rey con resignación.
-
La princesa tomó de la
mano a su padre- bien sabes padre mío que nada haría contra los intereses de la
gente del reino y si esa agua que traigo a
diario es fuente de paz y bienestar, seguiré trayéndola para escanciar la
sed de todos.
–La princesa levantó su rostro y mirando fijamente a los ojos del
rey, sentenció: - ¿Si me hablas de amor..? ¡No padre! no creo que sea amor... simplemente,
es un raro sortilegio, que al verlo se hace difícil del resolver-...
-
Y tú ¿qué crees que es el amor, hija mía?
El sapo que había rebajado
la ansiedad...se quedó mirándola dubitativo y explicó con cierto deje de
tristeza en su voz:
-
¡Si! Debo entender
que llegó la hora de decir adiós.
Pero no debes preocuparte, si la idea es por
el agua... mis amigas, custodias de la charca, las cuales no conoces, han estado
trabajando en el laberinto del pi...
Recuerdas: la relación entre la longitud
de una circunferencia y su diámetro, ellas decidieron ante un reto, a partir
del acertijo de Minos y resolvieron construir un laberinto a partir de la
solución al problema matemático de “P versus NP”. ¡!¡!¡!¡!
La idea es hacer un laberinto con tal número
de encrucijadas que el hombre no pueda encontrar y así garantizar que el agua
llegue a todos, que nadie se apodere de ella y te juro que está próximo a
concluirse-
-
¿Crees que no debo
volver?- dijo la princesa.
-
¡No!- dijo el sapo-
simplemente que debes resolver tu propio enigma.
-
Mi enigma es que yo
veo, lo que tú no ves – contestó la princesa.
-
Pero eso debes
resolverlo por ti misma, quizás para eso eres una princesa-
- ¡Yo hablo de un
rostro, tú de una armadura y una espada centellante!- Explicó la princesa
-
Yo me pregunto más bien-
dijo el sapo- ¿por qué estas aguas nunca se han teñido de blanco, el color de
la pureza, la limpieza y libertad?
Eran
las tres de la tarde y la princesa agitó sus pies en el agua...estas se
tornaron en un espejo lila, que poco a poco se fue convirtiendo en violeta...
-
¡Mon Dieu!- gritó el sapo, al tiempo que se
llevaba la mano a la boca tratando de
ocultar lo que acababa de decir- ¡es la magia!- volvió a gritar el sapo.
- Debo decírtelo- dijo con
aire circunspecto el sapo- en tu mundo besar un sapo es como sacar un
príncipe de una chistera... ¡!¡!¡!
Yo...Yo...pues, yo no lo creo...es simplemente una
leyenda...pero...si...
-
¡Me atrevería a besarte! -dijo
rápidamente la princesa sin dejar que el sapo continuara con su parlamento..
– lo
haría porque te conozco...me encantas... y si la leyenda funciona debes irte
para mi reino y he entendido que nuestro mundo es aquí: La Charca...
El dilema
es ¿si quieres un adiós o una despedida? Tu no lo ves, pero yo si veo tu rostro
en el agua...yo no veo un sapo, siempre veo un apuesto hombre que llena mi
mente y mi corazón de poesía, historia y conocimiento. Si le preguntara a mi
padre, me diría que es el amor...
El
sapo lanzó un profundo suspiro y se dejó caer de espaldas...cerró los
ojos...inhaló el aroma de las violetas y miró compasivo a la princesa...
-
Mi padre lo entendería-
prosiguió ella- de alguna forma ya nos dijimos adiós-
Sin
pensarlo el sapo corrió de salto en salto a la otra orilla, donde estaba la
princesa, cerró los ojos y de un salto le estampó un beso...
En la
Charca hubo un relampagueó instantáneo. A lo lejos el eco expiró ¡Ah! Seguido de ¡h!
Y el viento pasó con un suave ¡Ojú!
Cuando
el sapo abrió los ojos no vio una princesa...se restregó de nuevo los ojos y no
podía dar crédito a lo que veía...
- ¡Mon Dieu!- Una ovejita... ¿qué pasó?...
- ¡Beee-beee!- Gritaba entre saltos de
alegría la ovejita... -!bee-beee ¡-
El sapo en su asombro también
empezó a saltar- ¡croá, croá!-
-
Soy una princesa feliz...muy feliz...lo logramos
-
-¡buah!- el sapo seguía sombrado
-
-No lo ves- dijo la ovejita lo logramos...somos el
uno para el otro.
-
¿Cómo?- preguntó el sapo sin salir del asombro
-
Sencillo, ¡triunfó nuestro amor!
-
¿Cómo llamas un triunfo a la unión entre un sapo y
una oveja?...-estás loca...piensa- Espetó el sapo, perdiendo por primera vez la
cordura e inmensamente triste.
La
oveja tomó de la mano al sapo y lo acercó a la charca y le reveló el secreto:
-
Si miras a la charca no ves
más que el agua... pero si agitas tus ancas en ella verás algo más... Ven—tomó
al sapo de la mano y lo llevó al agua.
-
A las tres y 10 minutos el
agua se tornó blanca
-
¡Mon Dieu!- dijo el sapo...por vez primera veía su propio
rostro y al mirar al lado, veía relejado el rostro de la oveja, como su
princesa... ¡es magia!-
-
¿Sabes que se esconde en el fondo de la charca?- preguntó el
sapo
-
Si- dijo la ovejita – ¡el amor!
Para
entonces, Jupa la Tortuguina, Pekis la elefantita y Silrafu la pioja habían
presenciado el sortilegio...
-
Bienvenida- dijeron en coro
las guardianas de la charca...
-Emocionar es actuar. Sentir es percibir- a
partir de hoy eres una integrante más de este lugar.
¡Alégrate!, has llegado
para decirles a todos que como ovejita “pueden contar contigo”; a partir de hoy
serás la “ovejita violetera”.
Aquella
mañana el rey se asomó a su ventana y de algún lado, un fino hilo de agua llegaba hasta el palacio...
Sonrió y dijo: - Adiós hija mía-
Eran las tres y.... Nada el reloj estaba loco..de alegría