jueves, 30 de abril de 2020

EN LA ANDADURA


Hacia 1949 el mundo era diferente. Algunas cosas estaban por crearse, otras se dividían y las que más se extinguían…

Para entonces Fernand Braudel, escribía El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II con el método de la escuela de los Annales; propio para el abordaje de las nuevas investigaciones históricas, al pensar la historia desde la larga duración, estableciendo puentes entre la historia y el resto de ciencias de sociales en particular con la antropología. 
La música estaría de luto con la muerte del compositor y director de orquesta alemán Richard Strauss. Después de 22 años de lucha, era proclamada en la plaza central de Pekín la República Popular de la China y así triunfaba la revolución de Mao. La antigua Alemania, derrotada en la Segunda Guerra Mundial, quedaba dividida en dos Estados diferentes: la RFA y la RDA. La Universidad de los Andes inicia actividades en Bogotá. Radio Cadena Nacional de Colombia, empezaba a radiar al aire en Medellín y la Argentina de los descamisados, permitía en las aulas el proselitismo de una cartilla: “Así aprenden a leer los niños argentinos, con el presidente Perón u Evita”, entre otros acontecimientos

 










Para entonces se encuentra en Chinchiná, Caldas, como jefe del Departamento. de Patología Vegetal del Centro Nacional de Investigaciones del Café, el fitopatólogo Mendocino Rafael Edmundo Pontis Videla, quien fortaleciera la variedad Colombia y descubriera la cancrosis del cafeto. De la mano de ese científico llegó una mujer de abolengo y mecenazgo: Ana Berruezo de Pontis Videla, quien cambiaría parte de la historia de la educación en el municipio eléctrico de Colombia: Chinchiná.



El Diario La Nación de Argentina reseñó un acontecimiento:  Situada a 22 km de Manizales, capital del departamento Caldas, y a 330 km al sudoeste de Bogotá, Chinchiná se dedica a la agroindustria, pero el sector primario de su economía es el café. Es un escenario único el que montó la naturaleza. Una amalgama irrepetible de frutos y flores de vivos colores teñidos por el aroma del café, que brota a 1500 metros de altura, en la zona andina. Allí está enclavada esta ciudad, rodeada de sinuosos caminos que suben y bajan por cerros alfombrados de mil tonos de verde. Sin embargo, esta gente ha sembrado y cosechado, desde hace décadas, una de sus mejores riquezas: la educación... Ejemplo de ello es el Colegio Bartolomé Mitre, fundado en 1949 por la argentina Ana Berruezo de Pontis Videla y el sacerdote colombiano Santiago Martín Vargas, quien, desde ese entonces y por una década, se convirtió en docente y rector de esa casa de estudios primarios y secundarios. Ella, visionaria y culta, veía con preocupación los pocos centros educativos de la población y la necesidad de una formación idónea para la juventud y decide asumir el reto y en compañía del sacerdote Santiago Marín Vargas emprenden tal desafío.

Resalta la historia que “la idea fue acogida por el Padre Marín, el cual sugirió visitar el señor Vicente Gutiérrez quien era director de la Escuela General Santander, la única que había en esa época...  El señor Gutiérrez ofreció un aula desocupada de la escuela y la Secretaría de Educación del Departamento dio el permiso correspondiente para el funcionamiento allí del curso primero de bachillerato”.

Y así se dio vida institucional al primer colegio de bachillerato de Chinchiná - (El Santa Teresita sólo tenía una escuela de comercio para damas)-. albergó, para entonces, veinte (20) alumnos y se inició una brigada puerta a puerta para encontrar alumnos.


Los profesores eran ad-honorem: Doña Ana Berruezo de Pontis Videla daba clases de inglés, la señorita Leticia Rubio daba español, el Presbítero Santiago Marín V. manejaba las Sociales y Jaime Llano, Matemáticas.
El Colegio Bartolomé Mitre fue oficializado durante el gobierno del Dr. Luis Enrique Giraldo Neira y Doña Dilia Estrada de Gómez como Secretaria de Educación del Departamento. El Licenciado Jairo González Salazar, fue su rector durante 21 años. En  el año 2003 fue fusionado con las sedes Francisco José de Caldas, Santa Juana de Arco y Juan José Rondón.
70 años después el Mitre tiene rostro de futuro y da sus primeros pasos en la filosofía PTA (Programa Todos a Aprender), una apuesta de calidad que fortalece premisas de resignificación parta impactar el día a día de la educación, bajo la égida de las voluntades institucionales y el reconocimiento del cambio, como factor de progreso. Es así como 1400 alumnos y 61 docentes y directivos docentes conforman una de las comunidades educativas más representativas de Chinchiná, donde su nuevo rector Henry Arias Gómez , junto a sus asesoras (coordinadoras) Marìa Estella Toro V (académica) Alba Luz Díaz y Nidia González García, apuestan por un modelo Desarrollista Cognitivo, cuyo eje fundamental es aprender haciendo; una postura por la experiencia de los alumnos y el trabajo docente. Simbiosis que los hace progresar continuamente, desarrollarse, evolucionar secuencialmente en las estructuras cognitivas para acceder a conocimientos cada vez más elaborados. Este modelo se fundamenta en primer lugar, en los avances de la psicología infantil, y en segundo lugar en las corrientes empiristas y pragmáticas de las ciencias donde se concibe la construcción del conocimiento como una experiencia individual de contacto directo con los objetos del mundo real y donde se asume como el criterio de verdad, la utilidad con aulas taller y conceptualizaciones claras.


70 años después, el Mitre fortalece principios y valores ciudadanos y mantiene alianzas constructivas con el SENA y COMFA, entre otras, en aras de fortalecer la razón de ser de cientos de niños y niñas, que provenientes de sectores vulnerables y hogares diversos que Ana Berezuelo pensó pudieran ser atildados y no señalados de cantinfleros, curdas, cascarrientos, morfetas y atorrantas; como discriminación en barrios piolas como La Frontera, El Túnel, Los Mangos entre otros…Legado que se mantiene en su fe y fortaleza humanista, gracias a la gestión misional de sus docentes producto de un raigambre y profesionalismo acendrado en los conocimientos disciplinar, didáctico y contextual de su misión.

De esos 70 años una maestra, de esas que cuidan su misión como evangelio y su humanismo al cal y canto, de otrora, ha dedicado 39 años al Mitre; luego de estar en una escuela de Manzanares… y aún sigue llegando cada mañana, quizás repitiendo con Mistral: …y, por fin, recuérdame desde la palidez del lienzo de Velásquez, que enseñar y amar intensamente sobre la tierra es llegar al último día con el lanzazo de Longinos en el costado ardiente del amor. Y mantiene el mismo brío de aquella joven que decidió un día entregarse a la docencia y hoy repite con entusiasmo: “El Mitre es mi segundo hogar. Aquí formé mi carácter y me hice mejor persona y lo mejor es que he podido brindar amor, orientación y conocimiento a muchas personitas, que han pasado por mí, en el transcurso de todo este tiempo y que los llevo en mi corazón. Amén de contar con compañeras y compañeros únicos que me soportan y amo”.

70 años después deseamos ¡Larga Vida al Bartolomé Mitre” en un canto nuevo con Benedetti:

¡Oh, Bartolomé Mitre, en tus aulas hemos podido:


…Vivir la vida y aceptar el reto,

recuperar la risa, ensayar el canto,

bajar la guardia y extender las manos,

desplegar las alas e intentar de nuevo,

celebrar la vida y retomar los cielos…   












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