martes, 20 de octubre de 2020
jueves, 20 de agosto de 2020
miércoles, 29 de julio de 2020
martes, 21 de julio de 2020
miércoles, 8 de julio de 2020
DE LA CONQUISTA A LA INDEPENDENCIA
COLONIA, CAUSAS Y CONSECUENCIAS.
Guía quinto de primaria Bartolomé Mitre. Docentes Bibiana Gómez y Luz Amparo Hernández
Economía
Reformas borbónicas
Estas reformas buscaban aumentar los ingresos fiscales para
ampliar las fuerzas militares.
Comercio
Exportaciones
Las exportaciones en la Nueva Granada eran principalmente de
solo oro, pero los criollos conocían las capacidades agrícolas de este territorio,
pero los españoles estaban enfocados en solo explotar y exportar el oro.
Las consecuencias de estos problemas económicos y de las
alzas a los impuestos género que se empezarán a dar una serie de movimientos de
rebelión por parte de los comuneros y se empezó a dar ese movimiento y
pensamiento de independencia de la corona española.
Importaciones
Los españoles que habitaban en la Nueva Granada estaban en
contra de las exportaciones ya que estas impedían el crecimiento económico
interior, pero los criollos estaban de acuerdo con estas importaciones lo cual
genero conflictos entre españoles y criollos.
Contrabando
La falta de oportunidades de los campesinos e indígenas para
tener sus propios recursos económicos llevo a estos a comercializar productos
con naciones enemigas a la española, estas eran Inglaterra, Francia y Holanda.
Social
División de autoridades.
Durante la época del siglo XVIII en la Nueva Granda la autoridad
estaba fragmentada en todo el territorio, mientras que en alguna parte mandaba
la religión en otras mandaban los españoles, esto llevo a que se establecieran
virreinatos como el de santa fe.
Ocupación de altos cargos por parte de los criollos.
Los españoles eran los delegados por la corona para
controlar y manejar la Nueva Granada desde altos cargos como el fiscal, pero
los criollos estaban en iguales condiciones para hacer estas tareas lo que
llevo a conflicto con los españoles y se consiguió que los criollos mandaran y
ordenaran desde los altos cargos.
Las consecuencias de esta pelea por los cargos dieron
como resultado que se empezaran a dar revueltas comuneras.
Cultural
Educación
INDEPENDENCIA
Al principio en la Nueva Granada existía solo la posibilidad
de estudiar derecho y filosofía.
Después de la llegada de Mutis se emplearon nuevas
posibilidades de estudio como ciencias naturales y la filosofía ya no era
obligatoria.
Colombia dependió del virreinato del Perú, hasta el año 1718, en que se formó un virreinato independiente, el de La Nueva Granada, integrado por los actuales países de Colombia, Venezuela y Ecuador.
El movimiento independentista de Colombia está muy vinculado al de Venezuela, y su primera manifestación aconteció el 20 de julio de 1810, cuando, ante el cautiverio del rey español, Fernando VII, se constituyó una junta autónoma de gobierno que presidiría los destinos del territorio mientras el rey permaneciera cautivo.
La causa inmediata y detonante, fue aunque parezca gracioso, el pedido de un florero que realizaron los criollos, Francisco de Paula y Antonio Morales Galavís, ante la llegada a Santa Fe de Bogotá, del comisario del rey, a quien agasajarían con un banquete. Pero esta solicitud tuvo como respuesta el insulto del español hacia los criollos, que enseguida se alzaron no solo contra el agresor sino contra toda la representación española en América
También tuvieron influencia, en la emancipación, al igual que en todas las colonias americanas, las ideas de la ilustración que sembraron los deales de libertad que estimularon la Revolución Francesa, y la La Independencia de los Estados Unidos de América.
Los altos impuestos establecidos por España, las limitaciones comerciales y la imposibilidad de que los criollos ocuparan cargos políticos fueron alimentando el ideal revolucionario.
En el Congreso celebrado en Nueva Granada se mostraban dos tendencias antagónicas, la centralista y la federalista, que añadirían conflictos internos a la amenaza exterior española.
Simón Bolívar logró arrebatar a los españoles los territorios de Cartagena, quien proclamó su independencia el 11 de noviembre de 1811, y Cundinamarca, el 16 de julio de 1813.
Sin embargo, el año 1814, traería novedades. Fernando VII fue repuesto en el trono español, e inició la reconquista de sus territorios coloniales.
Cartagena fue sitiada por el ejército realista, al mando del general Morillo, quien había desembarcado en Santa Marta, y pronto ocupó el territorio a pesar de que sus habitantes se resistieron heroicamente.
En noviembre de 1816, Morillo logró ingresar a Bogotá, pero los revolucionarios no se dieron por vencidos. Desde los llanos de Casenare, liderados por Santander, prepararon la contraofensiva.
Simón Bolívar logró burlar a Morillo y regresó a Nueva Granada, desde Jamaica, donde se había exiliado ante el fracaso de la revolución, al mando de un ejército compuesto por 3.200 hombres, logrando vencer en la batalla del Pantano de Vargas, el 25 de julio de 1819, luego de la hazaña del Cruce de los Andes, y luego, obtener una aplastante victoria en Boyacá, el 7 de agosto de 1819, contra las fuerzas de José María Barreiro. Esto le permitió ocupar Bogotá tres días más tarde, el 10 de agosto, cuando el virrey Sámano ya había dejado el mando, para huir.
Tras poner en el mando de Nueva Granada, con capital en Santa Fe de Bogotá, al general Francisco de Paula Santander, Bolívar se dirigió a Venezuela.
Desde fines de 1817, fue arribando a Angostura la Legión Británica en apoyo a la causa de Bolívar. El reclutamiento en Londres estuvo a cargo de Don Luis López Méndez. Entre los militares ingleses estaba el cuestionado coronel Wilson, de quien se dijo que era un espía español, pero la mayoría fueron hombres de gran valía, como el coronel Rook, quien debió ser amputado de un mano y murió como consecuencia de ese hecho, abrazando como propia, la patria que lo vio morir.
El Congreso celebrado en Angostura, el 15 de febrero de 1819, o sea, antes de la batalla de Boyacá, ya había proclamado las bases para la independencia de Colombia, y para la Constitución, que fue sancionada en 1821. El 17 de diciembre de 1819, luego de los triunfos bélicos, el Congreso de Angostura declaró formalmente constituida la República de Colombia, ratificado posteriormente por un nuevo Congreso celebrado en Cúcuta, un año más tarde, comprendiendo el nuevo estado, tres departamentos, que correspondían a las audiencias de Santa Fé y Quito, y a la Capitanía General de Venezuela, llamada la Gran Colombia, actualmente Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.
El Presidente de la República fue Simón Bolívar, y el vicepresidente, Francisco Antonio Zea, que se había unido a Bolívar desde 1816, cuando fue expulsado de España junto con los franceses, a quienes apoyó en la ocupación del trono español. Cada una de las regiones de la Gran Colombia, adquirió su propia independencia a partir de 1830, terminando con el sueño de la Gran República de Bolívar.
martes, 30 de junio de 2020
La Charca. Lectura crítica
El
fondo de la charca
Tomado de la CDA La Charca
¡Cuenta
la leyenda que en algún lugar, existe
una charca cuyas aguas tienen sentimientos y emociones!
Justamente
por el levante, al este de la emoción está ubicada la Charca.
Un lugar mítico,
donde habitan cuatro seres magníficos: la Tortuguina Jupa, la elefantita Pekis,
la pioja Silrafu y un sapo cazador.
Todos los días una princesa se sienta en la
orilla y diez minutos después de sumergir sus pies en el agua, ella ve con
asombro, como la charca se hace un gran espejo que transparenta el agua con un
color de absoluta brillantez...
Ella mira con asombro el prodigio...
A las
tres y quince minutos, el sapo cazador,
se ubica en la orilla opuesta y sin ser visto se alela observando tan sin igual
belleza.
-¿Te
cuento un secreto? ¿Sabes que se
esconde en el fondo de la charca?-dijo el sapo con voz de arrullo.
La
princesa entre el anonadamiento y el susto gira su cabeza y dice: – ¡Oh! has
hablado hermoso sapito-
-¿Sabes?-
contestó con orgullo el sapo- Este lugar es el más bello de cualquier estado de
ánimo- y continúo el batracio: - todo cuanto en él existe, es la razón de una
emoción, pero ¡nada más bello que tú! -
La
princesa se sonrojo y agachó la cabeza y en ese instante vio como el sapo reflejaba, sobre el agua... Era el rostro de un apuesto hombre – para ella-
-¡Oh!-
exclamó la princesa.
- ¿¡No
te he dicho aún el secreto y ya estás sorprendida!?- Honor que haces a mi
presencia- Sostuvo el sapo-
- No...
No... ¡No entiendo! - exclamó la princesa señalando el agua donde se transparentaba
el rostro.
- Mira
ahí... en el fondo de la charca- suspiró. Lo que no sabía la princesa, era que
el sapo no podía ver en el agua, lo que ella veía.
- Si,
en el fondo de la charca, puedes ver, algo fantástico que solo el hada Nimue,
tiene reservado para las almas buenas... quizás lo veas.
-¡Si!-
replicó con emoción la princesa- ¡Lo veo...es fantástico!
- Disfrútalo, ¡es una vieja armadura y una espada centelleante! – dijo engolando
la voz el sapo
-
Noooo... ¡es un bello rostro! Mira- espetó ella, abriendo sus bellos ojos.
El
agua de la charca tomó un hermoso azul pastel, cuando la princesa agitó sus
pies por la emoción.
-Gracias-
dijo el sapo... - Aunque creo que no estamos viendo lo mismo – continuó- has
tornado este lugar en un fuente de paz, melancolía,
serenidad, por eso el agua ha tomado ese color celeste...-
Efectivamente el agua era azul con tonalidades verdosas que iban
desde el celeste hasta el marino, dando un brillo especial a la charca...
-Esto es un sueño- suspiró la princesa...
Así, todos los días el sapo y la princesa se reunían a la orilla
de la charca y compartían poemas, instantes y ante todo eso estados de ánimo de la charca que
prodigaba la forma como la princesa agitaba sus pies en el agua.
- ¡Oh! Mira es amarilla- decía ella.
– hoy, has traído fuerza,
vitalidad, energía a la charca- significaba él.
- ¡Urra!
Mira sapito es rosa- -siiii, el color de la infancia, hoy eres amabilidad y
bienestar-
- ¡Vaya!, qué bello ese color rojo- - fuerza y
creatividad-contestaba el sapo.
- ¡Uf!, qué divino ese color naranja, ¿te gusta
sapito?- si, mucho es pasión, energía,
fuerza, triunfo- contestaba él con igual emoción.
- ¡Recórcholis!, es un color gris... ¿qué ha
pasado, hoy, sapito?—Mi princesa, mucho me temo – dijo el sapo- que eso es tristeza y aburrimiento-
Y explicó el sapo-
¡esa es la razón por la cual en esta charca no existe el color negro! Pero dime
princesa: ¿acaso algo te agobia?
- Hace poco sapito-
expresó la princesa -estuve hablando con mi padre... –
-Algo malo te ocurre- interrumpió el sapo-
-NO...No creo-
continuó la princesa – Le pregunte a mi padre: ¿qué es la vida? –
– ¿Y el, qué te
contestó?- volvió a cortar el sapo, sin avergonzarse de su ansiedad.
-
Me dijo: -¡Hija mía
la vida es un sueño entre una bienvenida y una despedida con mucho adioses!-
- ¿Por qué lo
preguntas hija mía?- dijo el rey.
- Nooo… padre...¡por
nada!- Respondió al princesa.
-
¿Y tú crees que
cuando será esa despedida padre?
-
Mirándola fijamente a
los ojos le dijo el soberano: - Nadie lo
sabe hija mía. Pero de lo que si estoy seguro es que me he preparado desde hace
tiempo para tu adiós-
-
La princesa lo miró
con ojos de compasión.
-
Padre ¿puedes creer
que el toque de mi presencia crea estados de ánimo?
-
Lo sé hija mía... En mi despiertas amor- pero
díme ¿estás enamorada? No sé porque presiento que un día no regresarás y todo
tiene que ver con esa fuente de donde traes el agua que alivia los males del
reino.
Pero si decirle adiós a mi hija es el precio que debo de pagar por el
bien de mi gente... ¡que se haga la voluntad del destino!- terminó diciendo el
rey con resignación.
-
La princesa tomó de la
mano a su padre- bien sabes padre mío que nada haría contra los intereses de la
gente del reino y si esa agua que traigo a
diario es fuente de paz y bienestar, seguiré trayéndola para escanciar la
sed de todos.
–La princesa levantó su rostro y mirando fijamente a los ojos del
rey, sentenció: - ¿Si me hablas de amor..? ¡No padre! no creo que sea amor... simplemente,
es un raro sortilegio, que al verlo se hace difícil del resolver-...
-
Y tú ¿qué crees que es el amor, hija mía?
El sapo que había rebajado
la ansiedad...se quedó mirándola dubitativo y explicó con cierto deje de
tristeza en su voz:
-
¡Si! Debo entender
que llegó la hora de decir adiós.
Pero no debes preocuparte, si la idea es por
el agua... mis amigas, custodias de la charca, las cuales no conoces, han estado
trabajando en el laberinto del pi...
Recuerdas: la relación entre la longitud
de una circunferencia y su diámetro, ellas decidieron ante un reto, a partir
del acertijo de Minos y resolvieron construir un laberinto a partir de la
solución al problema matemático de “P versus NP”. ¡!¡!¡!¡!
La idea es hacer un laberinto con tal número
de encrucijadas que el hombre no pueda encontrar y así garantizar que el agua
llegue a todos, que nadie se apodere de ella y te juro que está próximo a
concluirse-
-
¿Crees que no debo
volver?- dijo la princesa.
-
¡No!- dijo el sapo-
simplemente que debes resolver tu propio enigma.
-
Mi enigma es que yo
veo, lo que tú no ves – contestó la princesa.
-
Pero eso debes
resolverlo por ti misma, quizás para eso eres una princesa-
- ¡Yo hablo de un
rostro, tú de una armadura y una espada centellante!- Explicó la princesa
-
Yo me pregunto más bien-
dijo el sapo- ¿por qué estas aguas nunca se han teñido de blanco, el color de
la pureza, la limpieza y libertad?
Eran
las tres de la tarde y la princesa agitó sus pies en el agua...estas se
tornaron en un espejo lila, que poco a poco se fue convirtiendo en violeta...
-
¡Mon Dieu!- gritó el sapo, al tiempo que se
llevaba la mano a la boca tratando de
ocultar lo que acababa de decir- ¡es la magia!- volvió a gritar el sapo.
- Debo decírtelo- dijo con
aire circunspecto el sapo- en tu mundo besar un sapo es como sacar un
príncipe de una chistera... ¡!¡!¡!
Yo...Yo...pues, yo no lo creo...es simplemente una
leyenda...pero...si...
-
¡Me atrevería a besarte! -dijo
rápidamente la princesa sin dejar que el sapo continuara con su parlamento..
– lo
haría porque te conozco...me encantas... y si la leyenda funciona debes irte
para mi reino y he entendido que nuestro mundo es aquí: La Charca...
El dilema
es ¿si quieres un adiós o una despedida? Tu no lo ves, pero yo si veo tu rostro
en el agua...yo no veo un sapo, siempre veo un apuesto hombre que llena mi
mente y mi corazón de poesía, historia y conocimiento. Si le preguntara a mi
padre, me diría que es el amor...
El
sapo lanzó un profundo suspiro y se dejó caer de espaldas...cerró los
ojos...inhaló el aroma de las violetas y miró compasivo a la princesa...
-
Mi padre lo entendería-
prosiguió ella- de alguna forma ya nos dijimos adiós-
Sin
pensarlo el sapo corrió de salto en salto a la otra orilla, donde estaba la
princesa, cerró los ojos y de un salto le estampó un beso...
En la
Charca hubo un relampagueó instantáneo. A lo lejos el eco expiró ¡Ah! Seguido de ¡h!
Y el viento pasó con un suave ¡Ojú!
Cuando
el sapo abrió los ojos no vio una princesa...se restregó de nuevo los ojos y no
podía dar crédito a lo que veía...
- ¡Mon Dieu!- Una ovejita... ¿qué pasó?...
- ¡Beee-beee!- Gritaba entre saltos de
alegría la ovejita... -!bee-beee ¡-
El sapo en su asombro también
empezó a saltar- ¡croá, croá!-
-
Soy una princesa feliz...muy feliz...lo logramos
-
-¡buah!- el sapo seguía sombrado
-
-No lo ves- dijo la ovejita lo logramos...somos el
uno para el otro.
-
¿Cómo?- preguntó el sapo sin salir del asombro
-
Sencillo, ¡triunfó nuestro amor!
-
¿Cómo llamas un triunfo a la unión entre un sapo y
una oveja?...-estás loca...piensa- Espetó el sapo, perdiendo por primera vez la
cordura e inmensamente triste.
La
oveja tomó de la mano al sapo y lo acercó a la charca y le reveló el secreto:
-
Si miras a la charca no ves
más que el agua... pero si agitas tus ancas en ella verás algo más... Ven—tomó
al sapo de la mano y lo llevó al agua.
-
A las tres y 10 minutos el
agua se tornó blanca
-
¡Mon Dieu!- dijo el sapo...por vez primera veía su propio
rostro y al mirar al lado, veía relejado el rostro de la oveja, como su
princesa... ¡es magia!-
-
¿Sabes que se esconde en el fondo de la charca?- preguntó el
sapo
-
Si- dijo la ovejita – ¡el amor!
Para
entonces, Jupa la Tortuguina, Pekis la elefantita y Silrafu la pioja habían
presenciado el sortilegio...
-
Bienvenida- dijeron en coro
las guardianas de la charca...
-Emocionar es actuar. Sentir es percibir- a
partir de hoy eres una integrante más de este lugar.
¡Alégrate!, has llegado
para decirles a todos que como ovejita “pueden contar contigo”; a partir de hoy
serás la “ovejita violetera”.
Aquella
mañana el rey se asomó a su ventana y de algún lado, un fino hilo de agua llegaba hasta el palacio...
Sonrió y dijo: - Adiós hija mía-
Eran las tres y.... Nada el reloj estaba loco..de alegría
martes, 23 de junio de 2020
SER JEFE HOY
Ser jefe
ya no es lo que era
Fuente: A. HARGREAVES, Profesorado, cultura y postmodernidad. (Cambian los tiempos, cambia el profesorado), Madrid, Ediciones Morata, 1996.
La tarea de dirección de grupos humanos no es una cuestión de ordenar y
controlar.
La idea de jefe como jerarca ha cambiado o, más precisamente, transita
hacia un cambio muy relevante.
La jerarquía entendida como control desalienta
el desarrollo del compromiso y la responsabilidad, obstaculiza el trabajo creativo
de casi todos y, por supuesto, concibe el trabajo en equipo.
La tarea de dirección
de grupos humanos no resiste una práctica restringida al mantenimiento del orden
y del control a través de los procedimientos.
Las premisas de trabajo del modelo burocrático se apoyan en la necesidad
de generar rutinas de trabajo, de censurar el desarrollo de criterios propios por
parte del operador, privilegiando la organización centralizada, la planificación
detallada de los rituales, y las tareas individuales que se encadenan a través de
múltiples procesos de inspección y control.
Para “administrar lo dado” se requieren
ciertas certidumbres: de tecnologías, de mercados, de calidades, certidumbres
con las que ya no contamos.
Sacudidos por fuertes transformaciones sociales, políticas, productivas y
tecnológicas, vivimos en contextos más complejos, dinámicos, exigentes y
cambiantes, en tiempos turbulentos donde lo que se sabe no alcanza para impulsar
y generar cambios, y donde es necesario reconocer la necesidad de otros saberes
y competencias.
¿Qué inhibió la cultura de la jerarquía?
El modelo clásico de la administración diseñó cadenas de jerarquías. A cada
función de una organización se correspondía una línea de control basada en normativas
externas, generales y formales.
La jerarquía entendida como control desalentó el
desarrollo de un sentido de compromiso con la calidad del trabajo y se tradujo en
rigidez, pérdidas de calidad y deterioro de las empresas.
La jerarquía, con sus niveles y prácticas de control, desaprovecha la
oportunidad de incorporar la creatividad y el criterio de los actores, así como
la de formar una ética de la responsabilidad en todos los escalones de una
organización.
El dinamismo actual exige, en cambio, desarrollar a pleno las
capacidades del ser humano eliminando los resabios del modelo de la
administración que aún obstaculizan la puesta en práctica de redes de cooperación
y la posibilidad de trabajar formando equipos que puedan desarrollar al máximo
la profesionalidad de los sujetos de las organizaciones.
La cultura de la jerarquía administró
regularidades pero aplastó el cambio
Los procesos de trabajo del modelo clásico se apoyaban en la necesidad de
generar rutinas de trabajo, de programar totalmente esos procesos según
criterios-estándares independientemente de las capacidades personales.
La regulación minuciosa del trabajo priva a las organizaciones de dos aspectos
centrales en un proceso de fortalecimiento: el aprendizaje y la innovación; si el trabajo
se realiza en forma estandarizada, quizás pueda lograrse regularizar su ritmo, pero
seguramente no quedarán espacios para los aportes personales; no habrá lugar para
incorporar nuevos procedimientos, ni para inventos que conduzcan a innovaciones.
Un sistema de jerarquías administra lo previsible, lo regulado, pero no puede
desatar innovaciones. Para innovar verdaderamente es necesario promover una
ruptura con las rutinas, las tradiciones y con todo lo que conserva los altos niveles
de complacencia en la cultura “del siempre fue así”.
La dirección en un entorno de incertidumbre
La idea de conducción ligada sólo a la noción de jerarquía sucumbe frente a
la nueva situación de incertidumbre, quiebres históricos y transformaciones. Está
en crisis la concepción de que una organización requiere de varios niveles de jerarquía
y control para desarrollar proyectos exitosos. Se ha empezado a revertir la tendencia
a contar con grandes pirámides jerárquicas, con fuerte predominio de relaciones
verticales de subordinación.
Tiempos de rápidos cambios exigen rápidas respuestas, construidas sobre recreaciones del saber, múltiples e inteligentemente articuladas en el diseño de un
producto o de un servicio.
Una organización que concentra hacia arriba todas las
facultades de diseño y decisión es incapaz de responder con eficacia y eficiencia a
los nuevos desafíos. Las grandes pirámides incrementan los costos de funcionamiento,
desconocen las competencias y los saberes específicos desarrollados en los distintos
niveles personales.
La jerarquía formaliza la comunicación, multiplica las posibilidades
de incomunicación y los déficits de consenso.
El rediseño de las organizaciones se construye sobre otras bases: una pluralidad
de sujetos con sus múltiples saberes, la consideración del aprendizaje sobre la
misma organización y la construcción de futuro que oriente hacia dónde dirigirse.
En consecuencia, la estructura se “achata”, se simplifica y se redefine el sentido
de los roles y de las funciones de todos los que trabajan en una organización.
En un entorno de acelerados cambios y de gran dinamismo social y cultural,
las organizaciones están forzadas a un dilema de hierro: propiciar procesos de
mejora continua o hacerse invisibles frente a las múltiples demandas; estos
contextos necesitan nuevos estilos de dirección: se trata del desafío del liderazgo,
del cambio permanente y aprendizaje sobre lo que hacemos.
La comprensión del cambio
Cuando se habla de la escuela, suelen surgir las analogías con las empresas. Sin embargo,
esas analogías se discuten. Las escuelas no son empresas. Los niños no son productos.
Por regla general, los educadores no consiguen beneficios.
No obstante, las escuelas y las empresas no son absolutamente diferentes. Los
grandes institutos de secundaria, en particular, comparten bastantes características
importantes con las empresas: gran cantidad de personal, jerarquías de mando bien
delineadas, divisiones de responsabilidad especializadas, demarcación de tareas y papeles,
y problemas para conseguir coherencia y coordinación.
Cuando el mundo empresarial
entra en crisis importantes y sufre transiciones profundas, las organizaciones de servicios
humanitarios, como los hospitales y las escuelas, deben prestar mucha atención, porque
pronto las afectarán crisis semejantes.
Es difícil que algún observador del mundo social que le rodea no tenga conciencia
de los enormes cambios que están produciéndose en el mundo empresarial.
Reestructuraciones, reducciones de plantilla, cambio de organización que están teniendo
que afrontar muchas empresas y sus empleados. Los negocios quiebran. Las jerarquías
de las organizaciones se hacen más uniformes y los estratos de la burocracia desaparecen.
El liderazgo y la forma de ejercerlo experimentan extraordinarias transformaciones.
Cuando las estructuras tradicionales se consumen y aparecen otras nuevas, las pautas de
cambio se celebran, a veces, con elogios a la potenciación personal o al aprendizaje y
desarrollo de la organización. En otras ocasiones, las celebraciones no son sino el velado
eufemismo del colapso de la empresa, de la crueldad gerencial o de la quiebra calculada.
Dependiendo del punto de vista de valores de cada uno y, a veces, de la situación también,
estas transformaciones de la vida de la empresa pueden ser heroicas u horrendas. En cualquier
caso, su impacto en el mundo empresarial y más allá de él es formidable.
Las transformaciones sociales a las que estamos asistiendo al final del milenio van
mucho más allá del mundo empresarial.
Los grandes cambios en la vida económica y de
las organizaciones van acompañados por cambios igualmente profundos, con los que se
interrelacionan, en la organización y el impacto del saber y de la información; en la expansión
global del peligro ecológico, con la creciente conciencia pública de ese peligro; en la
reconstrucción geopolítica del mapa global; en la restitución y reconstitución de las
identidades nacionales y culturales e, incluso, en la redifinición y reestructuración de las
identidades humanas (human selves).
Aunque, en cierto sentido, el cambio es ubicuo, el péndulo social siempre está
oscilando y no hay nada nuevo bajo el sol, la yuxtaposición de estos cambios generalizados
hace que sea más que un simple cambio de moda social.
En efecto, no es demasiado
dramático decir que estos cambios combinados y conectados marcan el declive de un
período sociohistórico clave y la llegada de otro. Este significativo cambio sociohistórico
nos plantea problemas muy importantes en torno al fin del siglo.
Dado su papel en la preparación de las generaciones del futuro, las consecuencias
de estos cambios son especialmente importantes para los profesores. Sin embargo,
aunque las reverberaciones del cambio están empezando a dejarse sentir en el ámbito
educativo, a menudo sólo se comprenden vagamente.
En realidad, la bibliografía general
sobre el cambio educativo lo ha tratado de forma más bien pobre.
La bibliografía sobre el cambio educativo está repleta de teorías y modos de ver lo
que ha llegado a conocerse como el proceso de cambio.
Tratando los aspectos más
genéricos del cambio educativo, esta bibliografía nos ha ayudado a apreciar cómo se
implementa el cambio, cómo las personas lo realizan por su cuenta y cómo persiste el cambio y, con el tiempo, se institucionaliza. Sin embargo, con frecuencia, la atención
intensiva y acumulativa dispensada al proceso de cambio ha llevado a lo que Robert
Merton llamaba desplazamiento de metas.
Dicho desplazamiento se produce cuando nos quedamos tan fascinados por los
medios con los que tratamos de alcanzar nuestras metas que aquéllos suplantan, en último
extremo, a éstas.
Los objetivos originales acaban pasándose por alto u olvidándose. A
menudo, la preocupación por el proceso de cambio acaba así.
Cuando los esfuerzos se
canalizan hacia la implementación, las razones iniciales para efectuar el cambio pasan
rápidamente a segundo plano.
En consecuencia, las personas afectadas se preguntan a menudo qué objeto tiene
el cambio.
No tienen claros sus orígenes, sus fines ni su relevancia para alcanzarlos.
Aunque ahora nos encontramos con un impresionante discurso profesional sobre el
proceso de cambio, nuestra atención al fin y al contexto del cambio y a los discursos
mediante los que se interpreta y expresa, sale relativamente mal parada.
El discurso se basa en la proposición fundamental de que los problemas y los cambios
a los que se enfrentan profesores y escuelas no están confinados a los límites estrictos
de la educación, sino que se enraízan en una importantísima transición sociohistórica
desde el período de la modernidad al de la postmodernidad.
Las demandas y contingencias
del mundo postmoderno, cada vez más complejo y acelerado, están afectando de forma
creciente a profesores y escuelas.
Sin embargo, a menudo su respuesta es inadecuada o ineficaz, dejando intactos los
sistemas y estructuras del presente o retirándose a los reconfortantes mitos del pasado.
Las escuelas y los profesores tratan de aplicar soluciones burocráticas de corte modernista:
más sistemas, más jerarquías, más imposición del cambio, más de lo mismo.
O se retiran con nostalgia a los mitos premodernos de la comunidad, el consenso y la
colaboración, en donde lo pequeño es hermoso y las amistades y la lealtad vinculan a los
profesores y a otros en redes tupidas y protegidas de objetos y pertenencias comunes.
En muchos aspectos, las escuelas siguen siendo instituciones modernistas y, en
algunos casos, incluso premodernas, que se ven obligadas a operar en un complejo
postmoderno.
A medida que pasa el tiempo, la distancia entre el mundo de la escuela y
el mundo exterior a la misma se hace cada vez más evidente. El carácter anacrónico de
la escolarización es cada vez más transparente. Esta disparidad define gran parte de la
crisis contemporánea de la escolarización y la enseñanza.
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